Shannen Doherty, pandillera de Beverly Hills
Si hay una actriz de la televisión que me ha perturbado por encima de las demás, esa ha sido Shannen Doherty. Tengo una relación de amor odio con ella. No se si por su cara, por su mal criterio para elegir o por su archiconocida mala reputación. Shannen, pasará a la historia televisiva por los tres grandes papeles que han marcado su carerra: Jenny Wilder en “La casa de la pradera”, Brenda Walsh en “Beverly Hills 90210” y Prue Halliwell en “Embrujadas”. Su final en “La casa de la pradera” pasa porque llegó el final de la serie, pero de las otras dos la echaron, y de qué manera.
Con 19 años, entró a formar parte de lo que sería la serie juvenil de culto de los años 90: “Beverly Hills 90210”. Después de ser la novia desvirgada de América en pantalla, Shannen se descubrió como una autentica fiestera que llegaba tarde a todos los rodajes y una diva (pueblerina) borde con sus compañeros. No se hablaba con casi nadie y cuando los celos que tenía de la dulce Jennie Garth pudieron con ella, le pegaron la patada al final de la tercera temporada. Fue la única que no quiso aparecer en el episodio final de la serie y en un reportaje retrospectivo, obligó a los productores que borrasen su cara de todas las imágenes donde apareciese.
Después de su única aparición brillante en el cine de la mano de Kevin Smith en “Mallrats”, hizo las paces con Aaron Spelling y em 1998 se le ofreció protagonizar “Charmed” junto a su mejor amiga, Holly-Marie Combs. Shannen iba de protagonista absoluta (lo lleva dentro, la muy carapan), hasta que se topó con el encanto de Alyssa Milano y esta la empezó a superar en popularidad. Shannen pidió rescindir su contracto con la serie pero los productores la amenazaron con demandarla. Tras varias enganchadas más llegaron a un punto de “o ella o yo” y bueno, decidieron que la que debía quedarse era Alyssa.
Ella siempre cultivando su buen rollo y savoir faire dondequiera que vaya. Y para que veáis lo loca que está. Se enamoró perdidamente del cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder y le perseguía por todas partes (backstages, hoteles, etc), pero el pasaba de ella. Hasta que se decidió a invitarle a la gala de los MTV Video Music Awards de 1992. Él dijo que nanai. En el mismo ’92 se lió a hostias con otra actriz en un bar y a partir de ahí su popularidad bajó tanto que perdió todos sus contratos publicitarios. Empezó a hacer cheques falsos hasta que el banco la pilló y le embargaron las cuentas y los coches. Años más tarde la detuvieron otra vez por pegarle a una chica en la cabeza con una botella y la condenaron a asistir a una terapia de control de la ira (a esa quiero ir yo también). En el 2000 la pillaron conduciendo borracha y la obligaron a dar charlas a adolescentes sobre els peligros de conducir borracho (entre ellos, ser imbécil como ella).
Su vida sentimental es un berenjenal impresionante: compromisos, bodas divorcios, peleas de perras callejeras…
Algunas de las más sonadas son su relación ni contigo ni sin ti con el heredero del imperio Max Factor, a quien le puso los cuernacos con Judd Nelson (el mítico John Bender de “El club de los cinco”), aunque acabó volviendo con él hasta que el pobre Dean Factor, harto de los ataques de Shannen puso una orden de alejamiento en contra de ella. Después se casó con Ashley Hamilton (hijo del actor George Hamilton), con quien duró exactamente 2 días. Al poco tiempo conoció a Richard Salomon un vividor de las apuestas y se casó con él. Cuando se divorciaron a los dos telediarios, este protagonizó el sonado video porno de Paris Hilton (mi ídola), y Shannen y ella se acabaron pegando en un bar por el macho alfa (menuda pieza de carne magra).
Este verano va a presentar un programa llamado “Breaking Up with Shannen Doherty”, que vendría a ser una suerte de “Diario de Patricia” a la americana, donde Shannen, caracterizada sobretodo por su amabilidad y amor al prójimo, va a aconsejar a las almas perdidas que acudan a ella con un problema de pareja que no saben solucionar. Va a hablar con las dos partes a ver si es capaz de arreglar sus diferencias y volverles a unir cual Jesús Puente. La madre del topo, lo que me faltaba.