De mayor seré una chica de oro
«Picture it, Sicily….1920«… Así empezaba sus batallitas Sophia Spirelli Petrillo-Weinstock, la más grandiosa de todas las viejas de la historia de la televisión. Con más carisma que la mismísima Lorelai Gilmore y más mala folla que el Dr. House, Sophia Petrillo era mi personaje favorito en la mítica “Las chicas de oro”. Y pensar que su personaje se lo sacaron de la manga en el último momento para que el capitoste de Disney aceptara el piloto.
A pesar de que Estelle Getty (Sophia) era más joven que Beatrice Arthur (Dorothy) gracias a la peluca y casi una hora de caracterización, lograba interpretar sin problemas a su madre y encarnaba a la más mayor de las cuatro abuelas. Yo me lo tragué hasta el final y es que, me gustaba tanto el personaje que no dudé ni un momento en imaginarme mi vejez como la de Sophia Petrillo. Desde que era un renacuajo, la pequeña siciliana fue mi ídola. Y es que, en contra de la imagen que tenemos de ella de vieja capullacea, Estelle Getty era muy diferente a su personaje y, de hecho sufría pánico escénico cada vez que tenía que rodar el capítulo ante una audiencia en vivo.
así que te la voy a dar de todas formas.
Con esta serie también descubrí que los viejos de USA iban a retirarse a Florida y a mí me sorprendía, claro. Pues para mí Florida era el hogar de DisneyWorld y no entendía muy bien lo que tenían que ver la jubilación con los parques de atracciones. Y me fascinaba que ellas cuatro viviesen juntas compartiendo piso como jóvenes estudiantes. Y es que estaban viviendo su edad dorada, sobretodo Blanche Devereaux (Rue McClanahan) que ligaba más que una playmate en la puerta de un instituto. Y después estaba Rose Nylund (Betty White). Ai, que mujer más naïve, tan entrañable como sus historias de St. Olaf con sus amigos Hans, Lars y Sven, lo que aquí serían el Chuli, el Pai y el Cabra, vamos.
Durante los castings, los creadores tenían claro que querían a Bea Arthur como Dorothy, pues era conocida por su peculiar carácter agrio y, se dice, que hasta Estelle Getty se sentía intimidada por ella. Así que me imagino que insultarla tantas veces en la serie debía ser una especie de desahogo para ella. Bea Arthur era también conocida por abandonar las series en las que participaba, o sea, de ser la precursora natural de Shannen Doherty. De hecho, la serie acabó en su séptima debido a que Arthur decidió abandonar definitivamente la serie porque dos temporadas antes ya había expresado su deseo de marcharse pero, gracias a los dioses de la comedia, la obligaron a quedarse dos años más.
¡No puedo creer que te sientas avergonzada de tu propia madre!
Dorothy: ¡Cuando parece Vasco de Gama, sí!
“Las chicas de oro” fue una serie muy arriesgada para su época. Eran cuatro ancianas viviendo juntas haciendo constantes referencias a la cultura pop y al sexo. La serie era arriesgada y controvertida y se atrevió a hablar de temas tabú en el prime time hasta ese momento. Salidas del armario, menopausias, violencia doméstica, suicidio, lesbianismo, eutanasia y hasta el personaje de Rose se sometió a una prueba de VIH debido a una transfusión indebida de sangre. Sin lugar a dudas, una serie rompedora que tuvo en su equipo creativo a gente como Christopher Lloyd de “Frasier”, Marc Cherry de “Mujeres Desesperadas” o Mitchell Hurwitz de “Arrested Development”.
“Las chicas de oro” es una de las tres únicas series que pueden presumir de que todos sus actores protagonistas hayan ganado Emmys por sus interpretaciones. Las otras dos son “All my children” y “Will & Grace”. Pero seguro que es la única de ellas que puede vanagloriarse de ganar un TP de oro, en 1989. La fallecida Reina Madre de Inglaterra era una fanática de “Las chicas de oro” y pidió una actuación privada para ella en palacio. Tremendo. Realmente, la Reina Madre, famosa por cascarse un Gin cada mañana para desayunar, era sin duda una chica de oro de pura cepa.
Sophia tenía siempre los diálogos más punzantes porque hicieron que su personaje fuese víctima de una embolia años antes y, de este modo, era incapaz de controlar lo que decía. Decía todo lo que pensaba sin represión ninguna. Me encantaban sus constantes referencias a que ella y su familia tenían relaciones estrechas con la mafia siciliana. En una ocasión Sophia dijo: “He vivido dos Guerras Mundiales, quince vendettas, cuatro operaciones y dos Darrins en “Embrujada”.
Puesto que mi adorada Estelle está ya muy enferma debido a la Demencia de Lewy que sufre, estos recuerdos van por ella y todas las risas que fue capaz de arrancarme.
Sophia: Perdóname Rose, pero no he tenido sexo en quince años y está empezando a afectar mis nervios.
Sophia: Efectivamente, abierto día y noche.
Dorothy: Por supuesto madre, eso es porque creciste como una fascista.
Rose: ¿Y me preguntas a mí?
Sophia: Da miedo ¿verdad?
Sophia: Pues dísfrútalo mientras dure y ahora, buenas noches.
Sophia: Zulu, Reina de los Enanos.
Dorothy: ¡MADRE, PARA, POR FAVOR!
Sophia: Son FRITOS, Dorothy. ¿Quieres que me los trague enteros?
Sophia: Por dios, si tengo que apartarte de la ventana para que no inhales las cortinas.
Rose: ¿Dónde estaba?
Sophia: Lo llevaba en el sujetador.
Rose: Y, ¿qué hacía en tu sujetador?
Sophia: ¡Me estaba sonando las tetas, Rose!
Dorothy: You’re in the Twilight ZONE!
