¡Tienes que ver «Alias»!
Nunca me cansaré de proclamar que “Alias” es una serie a la que vale la pena engancharse. Sí, lo sé, nuestros programadores autóctonos son personas poco fiables que han convertido en un deporte de riesgo el hecho de seguir una serie semana a semana, pero afortunadamente tenemos e-mule y dvds, así que, repito, “Alias” es una serie a la que vale la pena engancharse.
Allá en el 2001, JJ Abrams veía cómo Felicity, su primer gran proyecto televisivo comenzaba el último año de universidad, ya desvirgada, sin pelo y, relacionado con esto último o no, bastante menos audiencia. Tanto campus debió subírsele a la cabeza a JJ, que cambió New York por Los Angeles para poner en el punto de mira a Sydney Bristow (Jennifer Garner), una tímida estudiante que oculta a sus amigos que trabaja para el SD-6 (una rama secreta de la CIA) con el objetivo de destruir la Alianza (una multinacional del crimen organizado). Insisto en que cuando digo “trabaja” no me refiero a un despacho con bonito material de oficina y vistas al Pacífico, sino que hablo de misiones a países remotos, identidades secretas, cámaras ocultas en pintalabios, conversaciones en 7 idiomas, patadas imposibles y carreras suicidas sobre cualquier medio de transporte conocido o no.
Así vive Syd hasta que descubre que el SD-6 es en realidad una rama de la Alianza y que su jefe, que siempre la ha tratado como una hija, es casi la reencarnación de Belcebú. La buena de Sydney se planta entonces en la CIA, la chachi, la de verdad, y se ofrece para pasarles información sobre el SD-6 y cargárselos de una vez, a ellos, a la Alianza y al cabrón de su jefe. Vaya, que de la noche a la mañana se convierte en una agente doble.
Con lo dicho hasta ahora podríais pensar que “Alias” es simplemente una serie con una chica guapa que da patadas espectaculares. Pues no, amiguitos, “Alias” también se caracteriza por una puesta en escena impecable, los cliffhangers (finales que te dejan flipando y maldiciendo que falten 7 días para el siguiente capítulo), la introducción de elementos sobrenaturales en la trama y, especialmente, las relaciones interpersonales.
No es que no disfrute con las escenas de acción, que son las mejores que he visto en años, es que Sydney Bristow, además de ser la mejor y más sorprendente espía de todos los tiempos, es mujer, amiga, compañera, novia, hermana, hija e incluso madre. “Alias” presenta y desarrolla estas relaciones integrándolas perfectamente en una trama que se plantea en el primer capítulo y se va trenzando hasta concluir en el último de forma que es la Sydney persona más que la Sydney espía la que da sentido a la acción y la hace avanzar a medida que el propio personaje crece y madura (a fuerza de golpes tanto físicos como psíquicos).
Sí es cierto que a lo largo de sus 5 temporadas ha tenido altibajos. Después de un piloto (Truth Be Told) magistral, la serie descubre una complicada trama de misterios en ocasiones sobrenaturales que ya avanzan las tendencias que JJ plasmaría en «Lost«. El momento cumbre de «Alias» llega en la segunda temporada con la presencia de la genial Lena Olin y la emisión del capítulo “Phase One”, que pasará a la historia como La noche en que Alias se reinventó a sí misma (esto no es mío, lo explica súper bien Paul Levinson en un ensayo incluido en la recopilación Alias Assumed, Sex, lies and SD-6 editada por Kevin Weisman, que interpreta a Marshal en la serie) . Después del cliffhanger de final de temporada más sorprendente que he visto jamás, llegamos a una tercera bastante más floja, pero amigos, es que el listón estaba altísimo. La audiencia también disminuyó, así que en la cuarta temporada se simplificaron las tramas emitiendo capítulos cerrados, sin apenas continuidad entre ellos con el objetivo de atraer espectadores que no hubieran seguido la serie desde el principio o que no tuvieran muchas ganas de elocubrar sobre Rambaldi. Esta estrategia no funcionó, así que se finalizó la temporada intentando retomar el espíritu del principio y se inició una quinta y última marcada por el embarazo de la protagonista y el final definitivo de la serie.
En fin, sois vosotros los que tenéis que decidir si os gusta o no, pero, si aceptáis el consejo de una amante del buen mirar, dadle una oportunidad a «Alias«. De momento, os dejo con un video que he encontrado en YouTube que está bastante bien y que han montado a partir de imágenes del piloto.
Que lo disfrutéis.