Superman es mucho más que un tío con capa
La vida del superhéroe no es nada fácil: identidad secreta, peligro constante, imposibilidad de mantener una relación estable, ropa demasiado ajustada, etc. Vaya, que se te quitan las ganas de tener superpoderes.
Seguramente, Superman es el más popular de los superhéroes. Este verano nos han bombardeado con Superman returns, de forma decepcionante, según algunos, aunque a mi no me lo parezca, en tanto que es casi una reproducción de la insuperable Superman I y que cada vez que suena esa musiquilla y aparece un tío volando con una S en el pecho se me pone la piel de gallina.
En definitiva, que me fascina Superman (de no ser así sería absurdo tomarme al café por las mañanas en una taza con una S), por eso voy a dedicar este post a mis dos supermanes televisivos preferidos.
LOIS Y CLARK, LAS NUEVAS AVENTURAS DE SUPERMAN
El primero es el de Lois y Clark, las nuevas aventuras de Superman, que provocó estragos en mí hace años pero que, revisionándola ahora, me parece un súper-pastelazo de dimensiones kriptonianas.
Lois & Clark es una versión luminosa y costumbrista de la historia de un superhéroe en la que la personalidad de Clark Kent se antepone a la de Superman, que ya no es solamente el Hombre de acero sino que también tiene sentimientos humanos hacia sus amigos, su familia y, en especial, hacia Lois.
Con una estructura episódica, la serie plantea una sucesión de situaciones generalmente fantásticas y/o rocambolescas que solo pueden solucionar Clark Kent/Superman (Dean Cain) y Lois Lane (Teri Hatcher). Esta última, aunque fascinada primero por las evidentes virtudes de Superman, acaba enamorándose del chico de pueblo al que ha ignorado ampliamente. Y a pesar de ser insoportable y un tanto lerda (que cualquiera se habría dado cuenta antes de que unas gafas no son suficientes para ocultar una identidad secreta), Lois acaba descubriendo la verdad y llevándose todo el pack.
Lois y Clark, las nuevas aventuras de Superman podría haber salido perfectamente de la factoría Spelling, tanto por el tratamiento argumental como por su look. Lo mejor de la serie: los secundarios y otros ocasionales de la talla de Lane Smith, en el papel de Perry White o Beverly Garland como madre de Lois. Lo peor: la relación excesivamente azucarada entre Clark y Lois, especialmente a partir de la tercera temporada, cuando ella ya sabe la verdad y deciden casarse (jump the shark, sin duda).
Lois y Clark fue cancelada al final de la cuarta temporada de un modo un tanto abrupto dejando a los protagonistas con una recién estrenada y bastante enigmática paternidad. Aunque se había hablado de una quinta, los fans nunca la vimos, y tuvieron que pasar varios años antes de poder volver a ver a Superman por la tele, esta vez de la mano de una serie muy diferente y más moderna: Smallville.
SMALLVILLE
Con la sexta temporada recién comenzada, Smallville se centra en un Clark post-adolescente que va adquiriendo sus poderes de la misma forma que sus amiguetes descubren pelillos en la entrepierna, aunque con consecuencias mucho más traumáticas y peligrosas.
Bajo el lema No Tights, No Flights (ni calzoncillos por encima de los pantalones ni carreras aéreas), Clark se enfrenta a toda clase de criaturas mutadas a causa del contacto con kriptonita. El efecto cansino de tanto fenómeno extraño inventado para lucimiento de Clark se contrarresta con la lucha del protagonista por descubrir sus orígenes al tiempo que reivindica su condición humana. Todas estas dudas y conflictos de personaildad, típicos de cualquier adolescente, se multiplican en un Clark que frecuentemente teme a su destino. Sin embargo, serán estos años vividos en el hogar Kent echando raíces humanas, los que definirán el Superman del futuro, con medias y capa.
Pero no es solamente a Clark al que vemos madurar: Smallville muestra cómo Lex Luthor pasa de ser el mejor amigo de Clark a convertirse en el hombre que va a invertir su tiempo y su fortuna en obtener poder y machacar a Superman. En este sentido, es mucho más creíble Michael Rosenbaum como Lex Luthor que Tom Welling como Clark, aunque a mi la que más rabia me da es Kristin Kreuk en el papel de Lana Lang, que solo resulta interesante en la cuarta temporada, cuando es poseída por una bruja con intenciones dudosas.
Tal y como acabó la quinta temporada, la sexta promete. Esperemos que Clark deje de ir por ahí a lo Hamlet y se aclare las ideas, y que la presencia de Tori Spelling no se nos indigeste demasiado. A mi se sigue molestando un poco la ausencia de vuelos, así que si los guionistas me hacen el favor… quizás podrían conseguir que Clark despegue de una vez, y ponerle la musiquilla de John Williams de fondo… vale, ya paro.