Premonición de fracaso total
Esta, más que una promo pirulacha, es una premonición de fracaso estrepitoso. Y es que no se puede empezar una temporada nueva con una promo tan horrenda. Los diseñadores gráficos del Mercadona lo habrían hecho mejor que la basura que hizo la Fox. Porque cuando pienso en venganza, por más que me esfuerzo, soy incapaz de pensar en un cítrico explosivo.
Es de esas bromas con tanta chispa que te tienes que ir a buscar el doble juego, nivel guardería garabatos. «The O.C.» es the Orange County, el condado naranja, así que 2+2=4. Pero eso sí, todas las caras de los actores sonriendo eh. Se supone que va a petar todo y se va a liar la del pulpo pero ellos, ahí monísimos en plan que-chachi-es-vivir-en-la-playa.
Vale que yo nunca he sido gran fan de esta serie porque, aunque vi la primera temporada religiosamente, nunca me convencieron sus argumentos y, ni mucho menos, sus actuaciones. Y mira que es difícil que a mí no me llame una serie de adolescentes, pero es que la trama era tan trillada que sólo con pensar en las caras de pamplinas de Ryan (Benjamin McKenzie) y Marisa (Mischa Barton), me entran ganas de ponerme a ver programas de Pedro Ruiz. Porque si esta serie tiene que agradecerle a alguien haber aguantado cuatro temporadas en pantalla es a Adam Brody y Rachel Bilson, unos secundarios carismáticos ladrones de pantalla. Así que, lo que ha acabado con «The O.C.» no es el deceso de Marisa Cooper, o la pérdida de rumbo total, si no que Brody y Bilson hayan roto su relación en la vida real. Una pena, la verdad. Siempre nos quedarán Seth y Summer.