Gossip Girl, cotis a tutipleni
Creo que mes estoy haciendo mayor. Y no lo sé porque me hayan salido arrugas ni se me caigan las tetas al suelo. Lo sé porque las series de adolescentes ya no me gustan tanto como antes. Eso me preocupa mucho, la verdad, porque a mí siempre me han encantando los rollos púberes y las idas y venidas de instituto.
A pesar de que el rollo culebroning high school ya no me motiva como antes, cada vez que se anuncia un proyecto de este calaje, siempre me calzo mis pompones de cheerleader para celebrar el retorno a la adolescencia. La CW, la cadena de los jóvenes, ya hacía tiempo que nos debía un producto así, pues las temporadas anteriores nos había dejado un poco huérfanos de los menesteres de las hormonas juveniles. Con permiso de la menospreciada “One Tree Hill”, de la que un día os hablaré como se merece.
Con “Gossip Girl”, Josh Schwartz vuelve de entre los muertos desde “The OC” y se traslada a la costa este para retratar la maravillosa vida de los niños ricos del Upper East Side de New York. Son ricos, son pijos, son estupendos de la muerte. Son como Paris Hilton y Nicole Ritchie pero en Manhattan, que es más chachi. La serie está basada en los exitosos libros de Cecily von Ziegesar y si queréis saber más sobre el argumento y cotis varios, visitad este currado blog, donde hasta podréis hacer un test para ver a quién os parecéis más. O sea, si sois imbéciles o muy imbéciles. Yo por mi parte os confesaré que me ha dicho que soy la más malosa de todas.
La vida de estos niñatos prepotentes se ve alterada cuando Serena Van Der Woodsen (Blake Lively) vuelve a Manhattan tras su repentina huída para estudiar en el extranjero y se enteran a través de su medio habitual: un sms de la Gossip Girl o, lo que es lo mismo, una entrada en su blog. El problema es que nadie sabe quien es esta cotilla misteriosa que lo sabe todo sobre todos: con quién se han acostado, qué drogas han tomado o a quién le van a dar la próxima puñalada trapera. Nadie sabe quién es, pero todo el mundo se fía de lo que ella dice, así que nadie se sorprende cuando Gossip Girl anuncia que el retorno de Serena va a provocar una guerra entre ella y Blair Waldorf (Leighton Meester), la reina del lugar y su supuesta mejor amiga. Pero hay un hombre de por medio. Siempre hay un hombre de por medio. Este se llama Nate Archibald (Chace Crawford), y con ese nombre no podía traer nada bueno. Y claro, también hay pobres porque, donde haya richos a rabiar, también tiene que haber algún pobre que le moleste y le robe los focos.
¿Quién es Gossip Girl? Nadie lo sabe. Lo que sí que sabemos es que la voz en off de esta cotilla de instituto es, nada más y nada menos, la de Kristen Bell, desempleada desde que la decadente CW cancelase “Veronica Mars”.
Vamos a ver qué pasa con este rollo “Amistades Peligrosas” versión adolescente neoyorkino, que me tiene un poco intrigada y promete ser la carnaza perfecta para mis reminiscencias adolescentes. En realidad, lo que quiero saber es si sale la casa de la hermana de Montsinya porque, por lo que he visto, muchos de los niñatos viven en la misma calle que ella.
Extended preview al canto.