Bionic Woman, quiero y no puedo
De todos los newcomers de esta temporada, uno de los que más me atraía era Bionic Woman, y estas alturas de la película, vaya, de la serie, no se le escapará a nadie que mi corazoncito teligioso se ha llevado un pequeño disgusto. ¡Qué dura es la vida a veces!
Lo que parecía que era artillería pesada de la NBC, con los galácticos David Eick y Katee Sackhoff rondando por ahí, se ha convertido en uno (otro) de los chuscos de la temporada, rematando la jugada con un Isaiah Washington “expulsado” de Grey’s anatomy y que resulta muy poco creíble dando pataditas (a parte de Miranda, ¿queda algún médico de verdad en el Seattle Grace?)
Con las audiencias bajando semana a semana, el tufillo a problema ha acompañado la llegada al equipo de Jason Cahill, un ex-guionista de Los Soprano, que sustituye a Jason Katims, un préstamo de los chicos de Friday Night Lights, que a su vez sustituyó a Glen Morgan en su momento.
Menudo lío se traen estos chicos para conseguir unos guiones que estén un poco a la altura y para convencernos, de paso, de que Michelle Ryan podrá ser algún día una mujer biónica como ya lo fue, desde el primer nanosegundo, Katee Sackhoff. No en vano nuestra queridísima Katee roba limpiamente todas y cada una de sus escenas con Michelle. ¡Bien por Sarah Corvus! MacGuffin la reclama para remontar Heroes y Tonto no descarta que se haga con la serie cuando los galácticos por fin encuentren la tierra. Ambas opciones nos acercarían un poquito al paraíso teligioso y harían del mundo un lugar mejor.
De momento, Michelle intenta meterse en el papel de Jaime Sommers, aunque no juega nada a su favor (a parte de la presencia de Katee) ese regustillo a Alias que rezuma la serie, vaya que parece que quieren ir en serio y hacer un Alias, pero se quedan a la mitad y les sale algo más parecido a Jake 2.0, nanobots incluidos. Y que conste que no tengo nada en contra de Jake 2.0 pero, sinceramente, si pides un frapuccino de caramelo con crema, fastidia bastante que la leche sea desnatada y te cuelen caramelo sugar-free. En cambio, si de entrada pides café con leche, la cosa cambia. ¿Me explico?. Me estoy liando, lo sé, ya paro.
El asunto no pinta nada bien, mal que me pese. Pero, ¿sabéis qué? Llevo toda la semana encontrándome bastante fatal, y hace un par de horas he conseguido por fin que el mercurio no llegue al fatídico 37, y como me siento bien por primera vez en algunos días, voy a cruzar todos mis dedos para que suceda lo increíble y Bionic Woman remonte. Difícil, lo sé. ¡Ah! Y quizás ataque mañana con algún “a mí me está gustando la tercera de Prison Break”… ya veremos.