¿Qué fue de las niñas coupletistas?
Confession time: lo paso fatal con los castings de los realitys. Sufro lo indecible con los pobres participantes, pasando de la vergüenza ajena a la tristeza solidaria rollo empatía total. De vez en cuando puedo llegar a disfrutar algo con los más mejores, pero luego están todos esos de la categoría he venido porque he perdido una apuesta, que quiero pensar que realmente han ido porque han perdido una apuesta, que si no me pongo enferma.
Y sin embargo llevo tres horas, que ya son horas, viendo Tienes talento. Me quedé pillada con una señora que intentaba que su cochino jabalí saltase una valla decorada a lo “Sentido y sensibilidad”. Que diréis, ¿qué tendrá que ver el tocino con la velocidad?, pues nada, ciertamente. Al pobre cochino jabalí le entró el miedo escénico, y paralizado que se quedó, criaturita. Miqui Puig, Natalia Millán y Josep Vicent se alzaban en pro de los derechos de los animales (y concretamente del cochino jabalí) mientras yo me quedaba más tranquila al oír que, a pesar de todo, el animalillo cenaría bien esa noche.
Tres horas después he visto casi de todo, cantante de ópera incluido. El hombre llega, se pone en plan Paul Potts y suelta un vengo a cantar ópera. Vale vale piltrafilla, debió pensar Josep Vicent, que se apresura a preguntar ¿pero te dedicas a esto?. Porque está claro, puedes tener talento, pero es imprescindible que lo descubran ellos, como cuando Soraya decía que cantaba en los karaokes. El hombre confiesa que los fines de semana se va de bolos. Mal, muy mal. Al tío le hacen cantar sin micro para comprobar que proyecta bien la voz y, como nadie ha llorado con su actuación, casi le dan la patada. ¡Siguiente!
Si es que lo del talento es muy relativo. Yo me quedaría mil veces con los vasos musicales de Sandra Bullock en esa gran película que es Miss agente especial, primera parte, por supuesto, aunque parece que tienes más posibilidades si llevas pareja de baile, y bailas, claro. Si además estás aún en primaria tienes garantizado que no se van a pasar mucho contigo, que eso estaría mu feo, lo que me lleva a lo que he echado más de menos esta noche: las niñas coupletistas/tonadilleras. ¿Qué fue de esas niñas que salían en Menudas estrellas, todas salerosas, con sus moños y sus vestidos de cola, insistiendo dramáticamente en que tenían tatuado el nombre de un marinero? Tendían a la ranciedad, para qué negarlo, pero ciertamente, se echan de menos.