La Red
Es duro enfrentarse al pasado y pegársela de narices con la dura realidad. Yo recordaba La Red como algo parecido a un proto-embrión de Alias… ¡Santa inocencia!
Volver a ver la La Red comenzó como un ejercicio de entrañabilidad, aunque pronto se convirtió en un a ver qué chusquez se sacan de la manga ahora, que nos vamos a reir, para acabar en el más profundo de los aburrimientos.
La Red, la serie, es una adaptación libre de 1998 de la película del mismo nombre interpretada por nuestra queridísima Sandra Bullock (en serio, Sandra me cae bien, ¿qué pasa?). En la serie, es Brooke Langton quien da vida a Angela Bennet, y creedme, Brooke cuela tan poco como Sandra en el papel de informática intrépido-asocial.
Supongo que en esos años previos al cambio de milenio, a falta de descargas ilegales y redes sociales, tocaba preocuparse de cómo internet podía llegar a ser fuente y generador de todos los males del mundo. Así que ahí tenemos a Angela, una experta informática que, gracias a/por culpa de un tal Hechicero, descubre una organización de malos malísimos que se hacen llamar pretorianos (que ya hay que ser retorcido para ponerse ese nombre).
No me negaréis que el grafismo ya era chusco para la época
Los pretorianos pretenden controlar las vidas de todas las personas del mundo mundial a través de programas informáticos (si es que los ordenadores los carga el diablo, y los móviles también, qué narices), por lo que, cuando descubren que Angela sabe algo (mentira, la pobre no tiene ni pajolera idea de nada) le roban la identidad (abucheos) y la convierten en una criminal buscada por el FBI.
Y ahí está Angela cabreada recorriendo el país en busca de delitos informáticos detrás de los que están, invariablemente, los pretorianos, con la esperanza de machacarlos como hormigas, recuperar a su padre y, si se tercia, pillar cacho por el camino. Todo esto con la ayuda del Hechicero, con el que se comunica vía web rollo skype (espera que no puedo dejar de reírme), que manda huevos el cabrón, el tío tiene la culpa de todo el embrollo y ni siquiera tiene narices de dar la cara. Y lo peor es que te pasas media serie pensando que el Hechicero es un hombre maduro y cabal para que luego vayan y salgan con que es un niñato, monopatín incluido, interpretado por Eric Szmanda.
Aunque el más peor de todos es el pretoriano Trelawney (Joseph Bottoms). El único trabajo del tío es ser malo, pero malo nada más, sin matices ni debilidades, malo por que sí. El pobre da risa nada más aparecer, y más cuando deja de ser el malo mayor para convertirse en un simple ejecutor torpón. Porque claro, Angela y su compinche siempre se acaban saliendo con la suya, consiguiendo intervenir en los sistemas más sistemosos y protegidos del universo desde el ciber-café de la esquina. Que sí, que si lo hace Marshal Flinkman desde la mismísima CIA, pues es más fácil de tragar, pero lo de Angela y compañía no hay por dónde cogerlo.
La Red se estrenó en los estados juntitos en verano de 1998. Como serie de verano, pues pase, pero para enfrentarse a las grandes durante la temporada regular… ni el guión, ni las interpretaciones daban la talla, por lo que no me extraña que no pasase de marzo del año siguiente. 22 episodios y a otra cosa mariposa. Sin duda, es duro enfrentarse al pasado y pegársela de narices con la dura realidad.