Season Break
Al final va a haber cuarta temporada de Prison Break. No es que me quite mucho el sueño, la verdad, pues yo me bajé de la moto en la segunda temporada pero, igualmente, es de agradecer que la FOX, la cadena más perraza de USA, no le haya dado por abandonar la serie con ese churro de pseudo-final que tuvo.
Además, si continúan la serie podrán lanzar el comentado (y nada esperado) spin-off femenino de Prison Break. La verdad es que no sé si la serie es capaz de sostener un spin-off y mucho menos sobre cárceles de mujeres. La idea es tan apetecible como una serie sobre strippers reconvertidas. Calla, que Ana Obregón ya hizo una. Bueno, cosas más raras se han visto. Y, de nuevo, se emitiría en FOX, así que si no funciona en un par de capítulos, la van a enviar a lo más hondo de la taza del W.C.
Lo que quería plantear hoy es la extraña recepción que ha tenido Prison Break en su historia. Mientras que la primera temporada fue un éxito de crítica y público. Seguro que a la Ausiella no le gustaba pero, sin duda, fue la serie del año. Claro que la temporada siguiente, una vez Michael y Lincoln hicieron el Break de la Prison, la serie perdió el rumbo. Yo me cansé a los pocos capítulos, entre otras cosas de ver a Wentworth Miller vestido de Forrest Gump. Pero hubo gente que se quedó.
Cuando se anunció que la tercera temporada sería la última, nadie se alarmó. ¿Tenía sentido que siguieran huyendo hasta el infinito? ¿Michael Scofield tendría que pasear su tatuaje king-size de Fox River por todas las cárceles del mundo viendo si algún conducto del aire coincidía? Ya nada tenía mucho sentido. Pero quedaba algo, algo que nadie puede negar a Prison Break: la acción, la tensión y los cliffhangers. Y es que aún me sorprende que haya gente que quisiese ver las influencias del cine checo en Prison Break en vez de abrazar la realidad: esta siempre fue una serie sin más pretensión que la de entretener. Que para cárceles Nietzscheanas ya tuvimos la de Oz.
Y lo último es que Sarah Wayne Callies ha anunciado que vuelve a la serie. Pero, ¿no estaba muerta? Supongo que habrá resuelto sus diferencias creativas con los productores o habrá empezado a ver los número rojos en su cuenta. Está claro que desde que Alias decidió que todo el mundo tenía un doble y era capaz de volver de entre los muertos, nada será lo mismo. O sea que esa cabeza no era la suya y al final florecerá ese amor casto y puro que tenían la Doctora Tancredi y Michael, ¿no? ¿Soy yo la única que piensa que no pegan ni con cola?
Os dejo con la promo que emitió la FOX en uno de los descansos de la SuperBowl con Lincoln, T-Bag y Sucre apareciendo donde no debían. Entrañable. Y a los que se inician en las artes de fumar en pipa, les digo que dejen de ver a la virgen tras cada plano de Dexter, se relajen y sean capaces de disfrutar de la televisión como un todo. No me hagan convertirme en el Pumares de la televisión.