Colin Firth… Sí, ¿y qué?
Confession time: Colin Firth siempre me ha parecido un ejemplar humano de lo más apetecible.
Hasta hace unas semanas no me preocupaba, aunque más de una burla si que había tenido que aguantar (claro que menos que cuando confesé que, depende de la posición, me ponía el jardinero de bricomanía), pero resulta que el bueno de Colin es un ídolo sexual para nonagenarias y mujeres sin dentadura en general, y claro, meterme en ese mismo saco no me apetece demasiado, que una tiene una edad, pero si hace falta me pongo de nuevo a hacer la vertical-puente.
Resulta que hace un par de lunas salió a la luz que el doctor prohibió a una súper abuela de 103 años ver Orgullo y Prejuicio porque la virtuosidad de Firth le subía peligrosamente la tensión. Vale, Colin nunca ha estado tan fantasbuloso como interpretando al sosainas/rancio pero irresistible Mr. Darcy, pero el único inglés que ahora mismo podría provocarme una subida de tensión es Jamie Bamba, y solamente si cumple el requisito “toalla”.
Lo cierto es que la famosa escena del lago lleva años levantando pasiones en mujeres inglesas y no tan inglesas (pero a las inglesas les pone más, por el rollo de la proximidad, supongo). En los libros de Bridget Jones, el Mr. Darcy de Orgullo y Prejuicio es visto como poco menos que un príncipe azul por Bridget y sus compinches, y tampoco faltan las menciones a la memorable aparición de Darcy (si es que los lagos dan para mucho) todo mojadito, emergiendo del lago (su lago) tras un largo, sudoroso y erótico viaje a caballo… seguro que a Jane Austen también le hubiera subido la tensión.
Firth se prestó alegremente a la broma de interpretar también el al futurible de Bridget Jones siendo doblemente Darcy y pasando de ir por ahí con camisas almidonadas a vestirse con renos navideños, igualmente adorable.
Después de eso, Colin no consiguió resultar tan adorable hasta Love Actually. Ya se sabe, la adorabilidad es un bien muy pero que muy raro de encontrar, y más si te dedicas a participar en películas mediocres (echadle un vistazo a su filmografía) o si, asumámoslo, tus cualidades interpretativas no van mucho más allá de Mr. Darcy, en cualquiera de sus acepciones, aunque no por eso tiene que dejar de subirnos la tensión.
En fin, siempre nos quedará Orgullo y prejuicio… yes, indeed!