Tin Man
Dícese de una reimaginación del clásico El mago de Oz que nos llega en forma de miniserie de la mano de los amables chicos de Sci Fi, amantes de lo fantástico y apologistas de lo oculto.
Advertencia: de escaso disfrute a no ser que el espectador…
… sea un incondicional de Zooey Deschanel
… haya sido en otra vida Blancanieves, Buttercup o la Princesa Leia.
… aún tararee The never ending story en la ducha.
Que sí, que las modas vuelven y todo lo que sube baja, pero los remakes han sido de toda la vida una cutrez innecesaria y poco imaginativa. Solución: carajo, pues en vez de remake lo llamamos reimaginación y en un plis plas nos sacamos de la manga una serie de culto, que si nos salió bien con Battlestar Galactica lo podemos intentar hasta con “El robobo de la jojoya”.
Y así es como, no necesitando en absoluto volver a Ciudad Esmeralda ni otro puñetero camino de baldosas amarillas, llega la tormenta y amanecemos de nuevo en el otro lado. En este punto confieso: yo me lo he pasado bien con Tin Man, pero también es verdad que tengo un disfraz de Leia en el armario y que no siento absolutamente ningún apego por la película original, que a parte de un par de canciones pegadizas me parece un tostón inaguantable hasta en navidad (sí, y E.T. también, ¿y qué?)
Será por eso que me han sorprendido gratamente los giros de Tin Man alejándose de El mago de Oz. Giros necesarios, por otra parte, que si no tendrían que decir por ahí que han hecho un remake y ya sabemos que eso no mola nada.
El caso es que me ha gustado el rollo del destino, del “elegido”, y los aires de saga familiar que se gasta la historia y que la acerca a cualquier cuento de hadas al uso, con héroe huérfano destinado a cumplir una misión (por supuesto, aquí tenemos a Zooey) ayudado por extraños personajes y perseguido, a la vez que atacado, por un enemigo con el que acaba teniendo mucho en común. ¿Os suena? ¿Luke Skywalker os dice algo? ¿Harry Potter os queda más cerca?
Yo hubiera prescindido de la mitad de los personajes, especialmente del león y el espantapájaro reimaginados, por no hablar de Toto (los animagos me inquietan sobremanera), pero me quedo con el hombre de hojalata – tin man (Neal McDonough) y su sombrero a lo Indi, con Mystic Man – el mago (Richard Dreyfuss) que interpreta a un showman de varietés más que acabado y con unas teloneras con peineta que aún estoy intentando entender, y con la mala malísima Azcadellia (Kathleen Robertson), porque la maldad bien llevada es un privilegio reservado a unos pocos, y porque la bruja mala del oeste siempre me fascinó.
Eso sí, Tin Man tiene momentos en los que quieren reimaginar tango que casi te matan del aburrimiento, y encima van y se olvidan de poner un final emocionante/épico, para el que solo tenían que aplicar un par de reglas básicas de los cuentos fantásticos, reimaginados o no.
Yo se lo perdono porque, además, Zooey Deschanel me cae bien, y es de agradecer que, aunque la chica sabe cantar, no se haya soltado de repente con un Somewhere over the rainbow, claro que aún me estoy planteando si puedo olvidarme de la chirriante inclusión de la original Dorothy en Tin Man. No hacía falta, amigos, no hacía falta.