Madalenas para el teligioso
Al final un cupcake (aún no he decidido si es “un” o “una”, así que iré variando) no es más que una madalena tuneada con crema de colores, pero eso convierte a los cupcakes en el postre con más posibilidades friquis de la historia de los postres.
Para empezar, no creo que muchos de vosotros viváis en Rutherford, New Jersey, pero ahí están los chicos de Sweet Avenue, una pastelería en la que podríais comprar estas cupcakes ideales para vuestra fiesta de Halloween, si la hubiera:
Aunque yo prefiero las True Blood cupcakes, edición limitada solo a la venta el día de la season finale.
Los chicos de Sweet Avenue sin duda conocen bien los 7 preceptos capitales del teligioso, especialmente la gula. Los muy cabroncetes también se inventaron estas cupcakes edición limitada para la season finale de Lost. Ahora mismo no sé qué es mayor, si mi hambre o mi envidia.
Así, para cambiar de pastelería, tenemos Sweet E’s, que a parte de tener sus Halloween Specials también se han pasado al lado teligioso, famosil o vampiril en general.
No sé dónde compró Hilary Duff las cupcakes que llevó al cast de Gossip Girl para fomentar el buenrollismo. Quizás fue en un camión de de CupcakeStop.com que promociona Amanda Setton, pero de lo que no hay ninguna, pero ninguna duda, es que la reina de las cupcakes (y un pozo de sabiduría) es Liz Lemon:
Aunque juraría que dice “68th and Columbus”, es un hecho que la famosa Magnolia Bakery (versión uptown) está en la 69 con Columbus y seguro que si Liz lo dice, las cupcakes deben ser deliciosas, pero Magnolia se hizo televisivamente famosa cuando a Carrie Bradshaw le dio por comerse sus madalenas.
No sé vosotros pero yo me voy a desayunar, aunque lo más parecido a un cupcake que encuentre por aquí sea seguramente una Pantera Rosa. Ala majos, que aproveche!