Glee y los bocachanclas
Hace unos días leía que Ryan Murphy estaba intentando reducir todo el hype que rodea a Glee para que el estreno de la segunda temporada fuera más esperado.
¿En serio? Pues cualquiera diría. Desafortunadas declaraciones justo el día antes del TCA pannel, que ha proporcionado carnaza fresca para la sequía de agosto. Creo que en lo que llevamos de mes, en mi feed, una de cada cinco entradas eran de Glee. Vale, y si estáis leyendo esto, os tragáis otra con patatas. La vida es dura. Como yo no me quejo, veamos lo que han dado de sí estos días:
- Murphy anuncia al mundo que está preparando una nueva serie musical con Kristin Chenoweth, como si no hablar de Glee pero sí hablar de la Chenoweth y series musicales fuera a enfriar el asunto. Yo me congratulo, cualquier cosa que sea cantar y bailar de repente y sin motivación alguna me parece altamente recomendable.
- Se confirma lo que ya sabíamos todos, que Susan Boyle participará en el capítulo de navidad. Y en esta casa nos seguimos preguntando si es necesario que Glee se convierta en un SNL con estrellas invitadas cada semana (recordemos que ya se había confirmado lo de Britney).
- Hablando de SNL, Jane Lynch será la prota del programa del 9 de octubre. Aquí no puedo más que citar la frase de Sue Sylvester que los chicos de Vulture han apuntado con tanto acierto:
Sue Sylvester: I realize my cultural ascendancy only serves to illuminate your own banality. But, face it, I’m legend. It’s happened.
- Más Sue, Sue de cera, lo que me da grima, no por Sue, por la cera. La cera con formas me asusta. La cera con formas humanas me aterroriza. La cera con formas humanas casi iguales a las reales me hace ir al baño con urgencia.
- Seguimos con Paul McCartney, que envió algunas canciones a Murphy para que las incluyera en la serie. Está claro, la navidad se acerca y hay que comprar regalos.
- Lo del libro. Van a hacer que Sue Sylvester escriba su autobiografía y luego publicarán el libro y obligarán a Jane Lynch a que se pasee por todos los Barnes & Noble y Borders del país para promocionarlo. Yo si fuera Sue escribiría un libro de autoayuda.
- Lea Michele, Cory Monteith y Amber Riley participarán el el primer capítulo de la nueva temporada de Los Simpsons, que se titulará Elementary School Musical. Vale, salir en Los Simpsons es como tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro todo junto: ya puedes irte al otro mundo tranquilo.
- Carol Burnett será la madre de Sue Sylvester. Y lo bueno es que las pones así, junticas, y se parecen. En qué estarían pensando los cirujanos de Carol.
- By the way, lo de Bardem es tan psicodélico que amenaza con destruir los cimientos de la civilización tal y como la conocemos.
- Apartado premios: en los TCA, Glee se lleva uno para Jane Lynch, otro como programa del año y otro al mejor programa nuevo.
- Recordemos que en las nominaciones a los Emmy también ha arrasado, y aunque todos sabemos que lo de los premios es injusto y poco fiable, en serio creo que nominar a Chris Colfer, Matthew Morrison y Lea Michele es excesivo. Vale que no soporto a Will Schuester (en serio, es el único al que no soporto, aunque no lo soporto con mucha fuerza) pero Rachel me cae bien (debo ser la única) y tampoco creo que debiera estar nominada, por mucho que adore que vaya por ahí cantando My Favourite things, una de mis canciones preferidas. También espero que esto no comprometa las posibilidades de que Glee haga un homenaje a The Sound of Music porque de verdad que ver a Jane Lynch recitar sus cosas preferidas me aportaría puntos de vida suficientes como para aguantar todo Mad Men sin dormirme.
- También me atufa lo de Neil Patrick Harris, nominado como actor invitado, ¿será posible que no se lo lleve por How I Met Your Mother (otra vez) y se lo acabe llevando por una aparición(ucha) en Glee? ¿en serio?
- Finalmente, por mí, Jane Lynch y Kristin Chenoweth se pueden tantos premios como les quepan en el baño, aunque ya podrían haber tenido algun detalle con Dianna Agron.
…
Y ahora la reflexión bocachancla. Sinceramente, creo que Glee se merece todos los elogios que queramos y podamos darle, y que sus responsables tienen derecho a exprimirla tanto como quieran y puedan. Luego nos quejamos de empacho. Claro, como si nosotros, que somos un poco bocachanclas, no hubiéramos contribuido al susodicho empacho. Yo misma, ahora mismo.
Primero nos entusiasmamos y luego queremos pecar de cautos. Cuando ya se ha liado parda (y hemos ayudado) decidimos que el mundo se precipita con Glee y nos ponemos a sufrir por si la serie no cubre las expectativas la temporada siguiente, o peor, a anunciar que eso pasará, y así luego podemos decir que lo veíamos venir. En serio, es como si el pasado 11 de julio nos hubiéramos puesto a sufrir por si la roja dejaba de ganar copas en vez de disfrutar con lo guapo que estaba Casillas levantándola, la copa, digo.
Qué queréis que os diga, no me apetece ahora ponerme a pensar en si Glee estará a la altura o no a partir de otoño, prefiero esperar que sí lo estará y regocijarme con la expectación de lo que vendrá y con el recuerdo de lo que fue:
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