Regreso al futuro
Una de las cosas más entrañables de Regreso al futuro es que sus creadores y en general las personas implicadas en el proyecto, incluyendo a Michael J. Fox, no tenían ni pajolera idea de estar creando algo tan tremenda y absolutamente grande como fue -y como es- Regreso al futuro. Y es que lo piensas y te preguntas cómo no podía hacerse grande la suma de un guión que funciona como un reloj, unas actuaciones maravillosas, una dirección que casi hace de cada plano un icono cinematográfico y una banda sonora excelente. Lo sumas todo, añades un poco de magia, y ahí tienes una de las películas más cautivadoras, ever, tan enorme que es mucho más que una pinícula fantasbulosa, es extraordinaria, colosal, sublime. Vale, os ha quedado claro que me encanta Regreso al futuro, ¿no?
¿Me estás diciendo que has construido una máquina del tiempo en un DeLorean?
Imaginad: Hollywood, principios de los 80. Robert Zemeckis y Bob Gale venían de escribir (y dirigir/producir), I Wanna Hold Your Hand y Used Cars, ambas con poco éxito, por no decir otra cosa. Tenían un primer borrador de Regreso al futuro, que todos los estudios y productores posibles se pasaron por el trasero. Dicen que les parecía demasiado ingenua, blanca y dulce… excepto a Disney, que le pareció demasiado guarrilla. En fin, que todos se limpiaron el culo con el guión menos Spielberg, al que le encantó el proyecto, pero siendo realistas, y habiendo el señor Spielberg participado como productor ejecutivo en los dos fiascos anteriores, por no hablar del mega fiasco 1941 -que el mismo Spielberg dirigió- decidieron no arriesgarse más de lo necesario y aparcar Regreso al futuro.
Pasaron un par de años y Robert Zemeckis dirigió Tras el Corazón Verde (cuyo título original es «Romancing the Stone»… really?), que fue un exitazo, y como en Hollywood vales lo que vale tu última película, de repente todo el mundo se interesó por ese guión con el viaje en el tiempo. Pero como es de bien nacido ser agradecido, Zemeckis y Gale se lo llevaron a Spielberg que fue quien se lo creyó desde el principio, y para qué engañarnos, también porque por el camino el amigo Steven había hecho E.T. convirtiéndose definitivamente en el amo, maestro y señor del cine familiar. Y ahí estaban Zemeckis en la dirección, Gale en la producción, Spielberg en la producción ejecutiva y Universal Pictures poniendo la pasta.
Darth Vader ha bajado de Vulcano y me ha dicho que como no invite a Lorraine al baile me derretirá el cerebro.
Lo de la pasta es importante, porque para empezar hizo posible el elemento DeLorean. Al principio la máquina del tiempo no era móvil, era una cámara o algo así, y al parecer la historia se desplazaba a una zona de pruebas nucleares, más o menos, para conseguir la fusión nuclear. Todo muy caro. No podía ser. Entonces se inventaron todo el asunto del rayo en el reloj de la torre y que la máquina del tiempo estuviera en un coche, concretamente un DeLorean, el único cuyas puertas se abren hacia arriba, por lo que era perfecto para la escena del granero donde se piensan que el coche es una nave espacial. Y desengañémonos, queda mejor en las fotos.
Hablando de pastorra, también es evidente la cantidad ingente de product placement que hay en la película, desde JVC a Pepsi pasando por todos los logos que les cabían en los establecimientos del pueblo. Lo que no sé es si en España pactaron el cambio de Calvin (Klein) por Levi’s, porque en la traducción Lorraine llama a Marty Levi porque está escrito en su ropa, mientras que en la versión original lo que lleva Marty es ropa interior de Calvin Klein, y Calvin es como le llama Lorraine. Qué cosas.
Lo del casting también tiene su miga, porque todos sabemos que hay un montón de escenas rodadas con Eric Stoltz. En realidad Michael J. Fox fue la elección evidente desde el minuto cero, y como estaba en Enredos de Familia hablaron con su productor, Gary Goldberg, que después de leer el guión decidió no enseñárselo a Michael por miedo a perderlo sabiendo que el chico de oro se lanzaría de cabeza a Regreso al futuro. No olvidemos que, aunque a Michael tampoco le querían al principio en Enredos de Familia, acabó convirtiéndose en el puntal de la serie, y por aquel entonces Michael era imprescindible.
A todas estas, corría el otoño de 1984 y Enredos de Familia estaba de parón por el embarazo de Meredith Baxter. Michael aprovechó el parón para rodar Teen Wolf, que se hizo famosa en parte porque se estrenó el mismo verano que Regreso al futuro, pero no olvidemos que es una peli de mega serie B. Total, que estaba Michael en Pasadena grabando y coincidió con la gente de Regreso al futuro que estaba localizando, y explica Michael que pensó lo fantástico que sería estar en ahí, con Spielberg, en vez de en una peli de hombres lobo… y aún así se subió a una furgoneta con todo el pelo en pecho al ritmo de los Beach Boys. Eso es profesionalidad.
Y Michael volvió a Enredos de Familia mientras en la tierra de Regreso al futuro tenían mucha prisa porque querían estrenar para Memorial Day (finales de mayo). Tenían dos posibles actores: Eric Stoltz y C. Thomas Howell, que apuntaba maneras como estrella juvenil después de ser Ponyboy en Rebeldes. Un capo de Universal Pictures se empeñó con Eric, asegurando que si no funcionaba aceptaría un cambio y volver a comenzar.
Pues bien, ya sabemos que no funcionó. Después de navidad, Gary Goldberg por fin enseñó el guión a Michael, pero había una condición: de ninguna forma la serie podía resentirse por el rodaje de la película. El resultado fue que grababan Regreso al futuro de 6 de la tarde a 6 de la mañana, Michael dormía como 2 horas al día y ni siquiera podía descansar los fines de semana porque aprovechaban los sábados para grabar las escenas de día. Así fue de trepidante desde mediados de enero a mediados de marzo. Les faltaba toda la post-producción y ni coña llegaban a Memorial Day, ni siquiera llegaban al 4 de julio, pero en primavera hicieron un preview con público que fue tal éxito que los capos de Universal Pictures accedieron a pagar todas las horas extras, festivos y lo que hiciese falta para estrenar lo antes posible, que acabó siendo el 3 de julio. Para mediados de julio la película ya era todo un éxito. La coña es que para cuando la peli se estrenó, Michael estaba en Londres grabando un especial de Enredos de Familia, por lo que ni saboreó el primer éxito ni pudo promocionar por ahí la película. Manda huevos.
¿Sabíais que para Doc primero pensaron en John Lithgow pero no estaba disponible? Claro que cuando vieron a Christopher Lloyd creo que hasta se alegraron de no tener a John. Por cierto, eso que lleva en la cabeza Doc, ¿Walter Bishop no tiene uno parecido?
Acabo con la música, porque una de las cosas que tenían claras desde el principio era que querían que Marty inventara el rock n’ roll, por lo que se dejaron gran parte del presupuesto en los derechos de Johnny B. Goode. Pero el verdadero hit de la película es The Power of Love, que Huey Lewis escribió después de ver la escena del monopatín del principio de la peli. Dos semanas antes del estreno se las apañaron para ponerla constantemente en todas las emisoras de radio. From the movie Back to the Future, decían los locutores. Solamente por la canción ya era para lanzarse de cabeza a las salas de cine. Por cierto, para la BSO, Spielberg quería a alguien tipo John Williams, pero oye, no me negaréis que Alan Silvestri no lo clavó.
Y así es como les salió la grandeza que es Regreso al futuro, casi sin saber que estaban haciendo historia y colocando enormes pilares sobre los cimientos de la cultura popular. Dicen los guionistas que si hubieran sabido que sería el éxito que fue y que acabarían haciendo una segunda parte, nunca hubieran metido a la chica en el coche al final de la película, y que ese final era simplemente un guiño, una broma. Así acabó Elisabeth Shue en la segunda parte, la pobre.
By the way, todo el rollo que os acabo de soltar mayoritariamente lo he sacado de una entrevista que hace Laurent Bouzereau a Robert Zemeckis y Bob Gale en la USC y que se incluye en los extras del DVD.
Y os dejo con algunas tomas falsas no sin antes agradecer a los chicos de Phenomena Experience la posibilidad de ver semejantes grandiosidades en pantallas igualmente enormes.
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