Los juegos de la sucesión
Miedo me dan las hordas de jovencitas (y no tanto) que se van a aficionar al tiro con arco si entre Jennifer Lawrence, su Katniss Everdeen y el resto de amiguitos de Los Juegos del Hambre consiguen convertir la susodicha película en el acontecimiento del año. Que conste que lo entiendo, que una cosa es engancharse cosa mala a los libros y la otra que te planten en los morros a Katniss, con su arco, su canción, su broche y su todo.
Así, rápidamente, Los Juegos del Hambre plantea un futuro muy, muy chungo en el que una vez al año un grupo de jóvenes es seleccionado por sorteo para participar en Los Juegos: una lucha a muerte completamente televisada donde gana el último que queda con vida. Un Perseguido para chicas o un Battle Royale con algo más de ciencia ficción, lo que os apetezca. El primero de los tres libros se publicó en 2008 y ya se las ha apañado para vender varias millonadas de copias.
De momento, muchos ya se friegan las manos porque ya se han batido récords en número de entradas anticipadas vendidas en un día. ¿Sabéis quién tenía el récord anteriormente? Pues sí, era Eclipse. Y es que los chicos de Lions Gate ahí que van intentando conseguir “la nueva Crepúsculo”. No va a ser fácil, que los blanquitos Edward y Bella son muy blanquitos y te hincan el diente, pero a diferencia de los que buscan “la nueva Perdidos”, diría que en Los Juegos del Hambre apuntan maneras, que están muy on fire con la campaña de márqueting previa y eso, en los tiempos que corren, es bien.
Ala, a volverse todos locos con el cast
Yo soy más de Katniss y sus amigos, ya os lo digo ahora, aunque me da una pereza enorme la previsible “guerra” entre fans de una y fans de la otra, a lo Star Trek y Star Wars pero con grititos. Pero sí, coincido totalmente con Gary Ross, que llevaba años sin dirigir pero trabajando plácida, fructífera y tranquilamente de doctor de guiones, cuando le preguntan por qué se metió en el lío que implica dirigir algo como Los Juegos del Hambre. Fácil, porque, dice I hadn’t seen a piece of material that touched the culture and move me the same way in a very long time. Yo pienso lo mismo, Gary. Por cierto, que lo dice aquí, por si lo queréis leer entero, que está interesante.
Sí, dirigir Los Juegos del Hambre es meterse en un lío de narices. Por si lo de “la nueva Crepúsculo” no fuera presión suficiente, en Lions Gate no están como para cagarla con algo así, y tampoco como para gastarse una millonada (al final “solamente” ha costado unos 80 millones de dólares). Con lo visto hasta ahora, ¿soy la única que se muere de ganas de verla? Pues veremos lo que pasa a partir del 23 de marzo, día en que se estrena en los estados juntitos que, según imdb, a España no llega hasta el 20 de abril. Como diríamos por aquí, y con toda la ironía del mundo: os felicito, hijos… ¿A nadie le dice nada que Los Juegos del Hambre lo haya petado especialmente en la venta de ejemplares digitales? En fin.
Puestos a comparar con Crepúsculo, también se podría hablar de versiones televisivas, que al principio todos pensábamos que The Vampire Diaries nacía bajo el influjo de los Cullen aunque luego resultó ser algo muy diferente (y mucho más molón, si se me permite). Pues bien, los chicos de CW ya se han encargado de anunciar muy mucho que preparan un piloto para una posible serie basada en The Selection (no corráis, que el libro aún no está a la venta) donde, también en un futuro lejano, las jovencitas entran en un sorteo para acceder a un proceso de selección/competición que las llevará a casarse con el príncipe y convertirse en reinas.
De momento tienen a Aimee Teegarden (ya me imagino al entrenador Taylor llorando por los rincones porque le han robado a la niña) y a Ethan Peck (el buenorro de 10 razones para odiarte y nieto de Gregory Peck, claro). De momento, ni fu ni fa, que la están vendiendo como «la nueva Los Juegos del Hambre» de forma algo burda para aprovechar el tirón. Como siempre, ya veremos.
Por ahora, que ya es mucho: let the games begin y may the odds be ever in your favor.
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