El frapuccino light de Castle

Todos hemos visto ya la season finale de Castle, ¿verdad? Estupendo. También creo que todos coincidimos en algo: fuck yeah con el final y bastante, bastante menos fuck yeah cuando les da por ponerse intensos, también verdad, ¿no? Castle no es una serie de intensidades emocionales oscuras, nunca lo ha sido. La amamos igual en toda su ligereza y con todas sus patilladas, pero no está hecha para que sus personajes anden por ahí con la psique por los suelos.

Aviso que a continuación voy a ser un pelín dura con Castle. Lo siento, me ha salido así, será que llevo un par de semanas un poco girada con el mundo, pero que nadie se piense por eso que ha dejado de ser una de mis series más queridas. Es como cuando tu pareja ronca, a veces la matarías con la almohada, pero sigues deseando acostarte con ella.

In my opinion, ya no es que a los chicos de Castle les salgan mal los capítulos oscuros (que también), sino que apestan una barbaridad cuando profundizan en las motivaciones más turbias de Castle, Beckett y sus amiguitos. Y lo cierto es que, también in my opinion, ni siquiera tendrían por qué hacerlo, que me da a mi que a la mayoría de los fans de Castle no nos mola nada sufrir viendo la serie (más zombis y menos conspiraciones, please) y nos importa un carajo quién mató a la madre de Kate.

Ya me chirrió al principio de la temporada que Kate decidiese que había levantado un muro en su corazón para hacerse la loca con el hecho de que Castle pensase que el mejor momento para declararse no era bajo las estrellas durante una noche de verano sino con Kate desangrándose toda. Después de eso, cada vez que Kate aparecía en la consulta del psicólogo con tanta duda se me retorcía todo por dentro. Que no digo que no pueda ser, en algún lugar del universo, con algún otro paciente, pero no con Kate, no con una persona que en un capítulo coquetea descaradamente con Castle y en el siguiente se atormenta porque ha levantado un muro. Nop. Por no hablar de lo que le pasa a la chica cuando se desquicia y grita y se le va la olla. Nop. Nop. Nop.

Vamos a por Castle, ese señor que cuando descubre que Kate le ha estado ocultando que lo recuerda todo, todo y todo decide enfadarse y no respirar. ¿En serio? Y luego, cuando la otra decide caer en barrena, Castle le da la espalda, borra su carpeta (literalmente) y no le coge el teléfono. Otra vez: ¿en serio, Castle? ¿en serio? Vale que cuando Kate llama en realidad está bajo la lluvia reflexionando un montón y pensando en cómo estar estupenda con su “look mojado”, pero Castle, que tú no sabes eso, que la podrían haber matado, tío.

Por cierto, me faltan Exposito y Ryan que, pobres, cuando se ponen intensos parece que anden estreñidos (a Castle también le pasa eso, y mucho más intensamente, de hecho). No es que estos dos tengan de normal mucha más función que aparecer de repente con datos super importantes para la investigación (ellos mismos hacen broma sobre eso), pero sin duda funcionan mejor como dúo cómico.

Castle Coffee

En fin, que parece que en Castle han decidido tirar de drama para unir a la pareja. Pues vale, lo hecho, hecho está… pero espera: Fuck Yeah! Hecho está!!! Creo que la serie puede continuar bastante bien, y recuperando su vertiente más cómica, con estos dos teniendo citas y cosas. Espero que recuerden (y potencien) que Castle es un friqui de narices, pero también que Kate tiene puntos muy divertidos. Hay esperanza. Por cierto, sip, está renovada.

El título del post es un homenaje al hecho que en la season finale Castle recordase a Kate lo que en realidad significa que cada mañana esté ahí con el café. Es algo así como el “como desees” de La Princesa Prometida. Y me encanta. Y espero que a partir de aquí pasen del black coffee al frapuccino picante.

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