Camp: adiós al verano

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Me encanta ir de campamentos. Siempre me ha gustado. Por eso cuando vi que la NBC emitiría una serie de verano llamada Camp, decidí que la vería nomatterwhat. Dentro de mí también sabía que, probablemente no la vería nadie más y que la NBC la cancelaría. Y esto es lo que ha acabado pasado, claro.

Una de las cosas que más te llama la atención de Camp de entrada es que la protagonista sea Rachel Griffiths. Ya sabemos que esta mujer es muy low-key y tal, pero vaya, es RACHEL GRIFFITHS SIX FEET UNDER BROTHERS AND SISTERS MURIEL’S WEDDING, ¿sabéis? Yo estuve un rato pensando qué la había llevado a querer interpretar a la dueña de un campamento de verano, hasta que me di cuenta que la NBC trasladó toda la producción de la serie a Australia, de donde es Griffiths, porque allí todo era más barato y, es verano en nuestro invierno (el agua gira al revés, bla, bla, bla) y así la buena mujer podía estar con su familia y le daba todo un poco igual. Eso hace que el resto de actores sean todos unos perfectos desconocidos si no eres Australiano y/o fan de Home and Away. Aunque fliparéis un rato viendo a Adam Garcia de simple cliente del campamento… él que pensaba que se comería el mundo cuando se ligó a Piper Perabo en El Bar Coyote. Oh tempora, oh mores.

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Pero como os podéis imaginar, a mí me ha gustado. Me ha transportado a esas épocas de tiempos mejores donde nos bañábamos en el lago, buscábamos moras, puteábamos a los de la habitación de al lado y nos dormíamos a las tantas debatiendo en las literas. La serie tiene ese tipo de buen rollo. Pero también os diré que el resto de buen rollo lo he metido yo misma en mi cabeza, ya que Camp se queda más de una vez a medio camino, de la chicha y la limoná, te da la sensación que te has perdido la línea de razonamiento de los personajes, que hay capítulos que los escribieron in situ y que allí hay peña que te importa un pedo. Pero da igual, porque es verano y porque Camp is a state of mind. Y porque el campamento Little Otter os robará el corazón en estos 10 capítulos de los que probablemente olvidaréis toda la trama y queráis simplemente ir a remojaros los pies en su lago el verano que viene.

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A parte de Griffiths (eternal respect), hay que destacar a Charles Grounds, que hace de su hijo y que es un cruce de Robert Sheehan en Misfits y Pee Wee de Porky’s que tiene mucho rollo y que, además, este es su primer y único papel. Espero que lo importen los yanquis, pero ya. Al que espero no ver mucho más es a una de las astas de lo que se supone que es el triángulo amoroso de la serie. O el gusto australiano es muy raro o a la directora de casting se le fue la olla, porque no hay cristo que compre a Nikolai Nikolaeff como a un tío buenorro capaz de hacer vivir una pasión turca a una mujer madura. Su otro pretendiente, Rodger Corser, es un madurito jetilla interesante, pero vaya, que tampoco es George Clooney. La pobre Rachel Griffiths tocó techo en Brothers & Sisters con Gilles Marini y, a partir de ahí, todo ha sido cuesta abajo.

Ahora que hace un frío que pela, he pensado que nada mejor que hablar de una serie veraniega que ya nadie recuerda. Y que lo cuatro que sí la recordamos, la olvidaremos en cero coma.