Rachel Arafat Ray
Parece que por aquí andamos últimamente un poco obsesionadas con gastronomías varias. Hay cosas que nos gustan, otras que nos encantan, y por supuesto, seríamos capaces de jurar sobre la guía de programación del Food Network que el sushi y la pizza son lo mejor que se ha inventado desde el tubo de rayos catódicos.
Y luego tenemos a Rachel Ray, que ahora también se mete en líos incluso por cosas que no ha dicho, la muy bocazas. La última es que Dunkin Donuts ha tenido que retirar un anuncio en el que Rachel llevaba uno de esos pañuelos formato Yasser Arafat porque una tal Michelle Malkin, conservadora donde las haya y con un punto peligroso de influencia mediática, ha relacionado el susodicho pañuelo con cierta apología al terrorismo. Hay que joderse.
A estas alturas, la pobre estilista que le colocó el pañuelo debe estar buscando trabajo en el ropero de las gemelas Olsen. La chica pensaría que, estando de moda en Europa desde hace tiempo, Rachel igual quedaba con el pañuelico un poco más chic y un bastante menos palurda, que es su imagen habitual. Si es que hay cosas que es mejor no tocarlas. Hasta me da pena Rachel, oye, tanto pollo por una truña de pañuelo. Ya se sabe, los pañuelos los carga el diablo, y Michele Malkin tiene demasiado tiempo libre.