Mary Kate & Ashley Olsen… enamorada de la moda juvenil
Estás dos tías tienen un puto imperio montado a su alrededor. Tuvieron la suerte que sus padres en vez de gastarse todo el dinero ellos en el bingo y desgraciarles la vida como hicieron los de Macaulay Culkin, contrataron un asesor financiero-abogado (Robert Thorne) para que fuese objetivo con la creciente fortuna que estaban amasando sus hijas. Se convirtieron en las primeras niñas en hacerse millonarias antes de cumplir los 10 años. En su 17 cumpleaños la CNN anunció que su fortuna ascendía a 150.000.00 $ para cada una y que para cuando cumpliesen 21 años (ahora) ya serían billonarias.
En 1987 fueron escogidas para interpretar el papel de Michelle Tanner en “Full House” porque eran los únicos bebés que no lloraron en toda la audición. El show consiguió tales niveles de éxito que se agotaron de la tiendas los libros, muñecos y todo el merchandisig de la serie. De este modo, las gemelas Olsen consiguieron la cuota más alta de popularidad, sólo por detrás de Bill Cosby.
Mientras rodaban la serie su asesor les recomendó fundar su propia productora, Dualstar y en 1993 gravaron su primer disco (“Brother For Sale”) y su primer videoclip (“Our first video”). Empezaron a rodar sus propias películas para la televisión (yo siempre que las ponen en Antena 3 las miro) y lanzaron su colección de home video: “The Adventures of Mary-Kate and Ashley”, donde interpretaban a un par de detectives que se dedicaban a «solve any crime by dinner time”, y “You’re Invited to Mary-Kate and Ashley’s…” y aquí era pues o Christmas Party, Halloween Party, Birthday Party o Camping Party… fiesta, fiesta, fiesta.
Con 6 años se habían convertido en las productoras más jóvenes de la historia.
En 1995 hicieron su salto a la gran pantalla con “It takes two” con Kirstie Alley y Steve Guttenberg en una especie de revisión de “Tú a Boston y to a California”.
En 1998 volvieron a las sitcoms con “Two of a kind” y en 2001 con “So little time”. Fue en la primera donde descubrieron su gran pasión por la ropa (perdición, en mi modesta opinión). Jill Zimmerman, la canguro de Mary Kate y Ashley (ahora convertida en directora de Marketing de la marca Olsen Twins) era quien las vestía y quien decidió en un momento dado hacerles ropa a medida pues las gemelitas no podían vestir como cualquier hijo de vecino. Y de ahí que la gente se volviese loca con su estilo único y les empezasen a reclamar su propia línea de ropa.
Si queréis comprar sus ropajes tenéis que ir al Alcampo. Que digo yo que alguien les podría haber dicho que aquí a los sitios estos se van con chándal y tacones. La marca «Mary-Kate and Ashley» vende de todo: joyas, muñecas, perfumes, potingues, mochilas, ropa interior… y es que hagas lo que hagas ponte bragas.
Cuando les llegó la hora, las hermanísimas decidieron ir a la universidad de New York: Ashley estudió psicología y Mary Kate fotografía. En el segundo año Mary Kate abandonó los estudios para dedicarse a asuntos personales… como hacerse amiga de las descarriadas Tara Reid y Paris Hilton, la que la introduciría en los círculos más in y después le robaría el novio (que era feo de cojones).
Las dos son unas fashion victims pero es a Mary Kate a la que se le atribuye el gran mérito de poner de moda el look “homeless”, vagabunda vamos, y que consiste en llevar gafotas grandes, botas, jerséis super anchos y faldas holgadas. Y para muestra un botón… advierto que la imagen es impresionante (de la vergüenza ajena que llega a dar).
En esta gran web suya dan toda suerte de consejos de belleza y una sección de lo más puti-zen: mind, body and soul. Ah, y además se han asociado con una especie de gurú rellenita del crecimiento personal rollo quiérete a ti misma. Si es que están en todo.
En 2004 Mary Kate confesó que sufría desórdenes alimentarios (anorexia nerviosa) y tuvo que ser ingresada en el hospital. En 2005 Ashley ganó una demanda de 20 millones de $ contra el “Nacional Inquirer” por decir que era una drogadicta (¿de dónde lo habrían sacado?). Están hechas todas unas ídolas de masas, adolescentes claro. Y supongo que protagonizan más de un sueño húmedo de aquellos a los que les va el rollo gemelas. De todos modos, si siguen así acabarán dejando un rastro a lo James Dean: vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver. Aunque tendría gracias verlas decrépitas protagonizando películas tipo «Bienvenidos a la fiesta de la diálisis con Mary Kate and Ashley» o «Ponte mona para el ligoteo en el geriátrico».