Jersey Shore, el ataque de los guidos
Era de esperar que después del revuelto que se ha montado y la absoluta invasión de los medios estadounidenses, yo acabase viendo Jersey Shore, la última reality series de la MTV. Y es tan lopeordelanevera que me he enganchado como los niños al Dalsy. Y es que, amigos, las aventuras de estos cholazos en la playa de Jersey Shore son adictivas.
La idea es sencilla, en uno de los múltiples intentos de la MTV por mostrarnos las vidas de los jóvenes de América, se han llevado 6 jovenzuelos de vacaciones a la costa de Jersey. Les han acomodado en una casa y les han puesto a “trabajar” en una tienda de camisetas del paseo. La gracia está en que estos seis especimenes de la Costa Este se autodenominan guidos (ellos) y guidettes (ellas), porque se supone que así se han bautizado aquellos americanos que tienen ascendencia italiana. Entre otras cosas, estos guidos se caracterizan por su amor por la fiesta, cantidades abusivas de rayos UVA y mucha gomina. Todo amenizado por litros de alcohol y un cholismo exacerbado. Vamos, que ver Jersey Shore es como sentarte un día en las playas de Salou o Benidorm, cámara y calimocho en mano. Algo como lo que hicieron los de Arena Mix, pero en New Jersey.
Sus personajes son de lo más inepto del país, pero como lo son tanto, les acabas cogiendo un cariño enorme. Todas las familias tienen un primo tonto al que quieren igual. Todo ellos tienen sobrenombres que les confieren un poder garrulo superior: de este modo Nicole es Snooki (enana gritona adicta a los pepinillos en vinagre), Jenny es J-Woow (extensiones decoloradas y tetas falsas), Sammy es Sweetheart (ella dice que es obvio por qué), Paul es DJ Pauly D (propietario de su propia cama de UVA) The Situation. El mote “The Situation”, sin duda es el mejor, pues Mike, el rompebragas de la familia, se caracteriza por enseñar constantemente sus abdominales y anunciar que “we have a situation”. Cuando cree que ha pescado alguna presa también le sobrevienen las situations. También están Ronnie, el cachas, Vinny, viciado al baile del puño, y Angelina, una mema que abandona la casa en dos días y ahora se debe estar tirando de los pelos sabiendo la pasta que están ganando sus compañeros.
Puesto que la hipocresía americana no conoce límites, el mundo odia y ama a los habitantes de Jersey Shore a partes iguales. Por un lado, a todos los bienpensantes se les llena la boca diciendo lo mala influencia que son nuestros pobres garrulos pero, por el otro, no paran de llamarles para aparecer en todos los programas de la tele, radio y revistas en general. Los que más cobran, por supuesto, son The Situation y Snooki por ser los más bizarros y adictivos. Y es por eso que hasta los famosos les imitan. Como podéis ver en la imagen, Michael Cera le pidió a Pauly D que le hiciese uno de sus peinados de 2 horas y Alyssa Milano se convirtió en Snooki en Funny or Die. Curiosamente, ambos son de ascendencia italiana, pero no les veo el guidoismo por ningún lado. En esta web hasta se han inventado un generador de nombres de Jersey Shore. El mío es I-Cat y el de Conan O’Brian, The Solution (cortesía de The Situation).
De ellos dicen que son una mala influencia para la juventud de hoy en día, por no querer admitir que ellos son la juventud de hoy en día. Será más o menos triste, pero son reales como la vida misma. Y mucho más auténticos que los pijolocos de The Hills. Aunque se pasen el día borrachos, partiéndose la cara a hostias y intentando follisquearse a todo tipo de putones verbeneros. Y narices, ¡cómo va a ser guido un insulto si ellos mismos gustan de llamarse así!
Como es de lo más trash que se ha visto últimamente, anunciantes del programa como Domino’s Pizza se han dado de baja alegando que el programa no va con sus creencias. Supongo que ya se están arrepintiendo de su decisión, porque Jersey Shore va a tener una segunda temporada. Por ello muchos ya han llamado a la MTV para llenar las vacantes. Así que, dejénse ustedes de tanta hipocresía jordigonzaliana, y abracen al voyeur que llevan dentro.