¡Adiós, papá!
Ai, lo que debe estar llorando ahora mismo la pobre Tori… si es que no somos nadie… Aaron Spelling nos dejó el día de San Juan, donde quemamos lo viejo para que pueda pasar lo nuevo. Dejando de lado mi humor más cáustico os diré que me da mucha pena que este señor haya fenecido pues era uno de los grandes. Si hubiese sido español seguro que sería uno de los de la Trinca.
La relación entre Tori y su padre, siempre fue conflictiva. Ella se mostró descontenta en reiteradas ocasiones por haber crecido en una cuna de oro y por no poder conseguir sus objetivos por ella misma. Sin embargo, Tori logró relativa celebridad con los papeles que obtuvo gracias a su padre. Booooo. Eso sí, dice que se reconcilió con él justo antes de que el pobre pasase a mejor vida.
Se ha ido el hombre que ostenta el record Guiness de mayor número de shows de televisión producidos en la historia. Su primera serie fue “Zane Grey Theatre” en 1956 pero sus primeros grandes bombazos internacionales fueron “Burke’s Law” en 1963 y “The Mod Squad” en 1968. Con los locos ’70 ya llegaron “S.W.A.T.”, “Starsky & Hutch”, “Charlie’s Angels”, “Hart to Hart” y por fin, “Love Boat”. Aquí el tío se arriesgó: nadie creía que una serie con tres tías valientes puediese triunfar y míralas, aún rondan por aquí. Y con “Love Boat”, fue el introductor de las series con múltiples protagonista y cruce de historias constante.
Si los ’70 fueron los años de la acción y la aventura para el pequeño Aaron, en los ’80 se adentró en el mundo de la belleza y el poder con “Dynasty”, “Hotel” o “The Colbys”. Aunque también tuvo tiempo para producir “T.J. Hooker” y cagarme viva con “Twin Peaks”.
Durante los ’70 y ’80, Spelling produjo series y películas exclusivamente para la ABC y gracias a él, la cadena logró sus mayores niveles de audiencia. Algunos bromistas calificaban la ABC como “The Aaron Broadcasting Company”. Produjo más de 140 películas para la televisión entre las cuales destacan: «Death Sentence» (1974), el primer papel protagonista de Nick Nolte; «The Boy in the Plastic Bubble» (1976), el primer papel dramático de John Travolta; y «The Best Little Girl in the World» (1981), protagonizada por Jennifer Jason Leigh.
Después de abandonar la ABC y tomarse unos años de descanso, donde aprovechó para construirse la casa más grande de todo Bel-Air, con más de 140 habitaciones, en los ’90 ya le dio la locura californiana de lo super ultra cool con “Beverly Hills 90210”, “Melrose Place” (spin-off de la anterior) o “Models Inc.” (fallido spin-off de la anterior). Todo esto lo hizo con la FOX, que hasta entonces no había pintado una mona y mira ahora.
Todo y los miles de éxitos que cosechó durante toda su carrera, Spelling siempre enfatizó que su proyecto preferido de todos los tiempos era “7th Heaven”, pues él mismo no se podía creer el éxito de este drama que es el show de la Warner más visto desde 1998. Yo tampoco puedo creérmelo y, al contrario que a él, aún me da más rabia. Además, el mismo año que empezó “7th Heaven” también lanzó “Charmed”, serie de brujas infinitamente mejor, y más creíble que un perfecto padre pastor de la iglesia con hijos castos y puros.
Quiero hacer una mención especial a uno de sus últimos proyectos playeros: “Summerland” (2004), con la super operada Lori Loughlin (tía Becky para los amigos). Aunque ahora tenemos la suerte que la emitan los fines de semana en Telecinco a las 9h30, la serie no duró mucho. Confesaré que la he defendido a capa y espada en entornos hostiles (para dar por saco, básicamente), pero que realmente me aburre, pues es una mezcla de “7th Heaven” y “Sensación de vivir” cuando se iban al club de la playa. De todos modos, negaré que estas palabras hayan salido de mi boca. Alegaré enajenación momentánea.
Muchos críticos de televisión cargaron contra Spelling por promover contenidos vanos y telenovelas nocturnas. El llamó a sus programas «dulces para la mente»; sus críticos los calificaron como «dulces sin sesos».
Yo, personalmente, me quedo con la opinión del propio Spelling, pues, a menudo, va muy bien disponer de estas pequeñas píldoras de tranquilidad que son capaces de alejarte del mundanal ruído.