La camionera, la pija y la era de la vagina
Que sí, que 2 Broke Girls está plagada de bromas sexuales. Que no, que eso no es chungo, al menos cuando las bromas tienen gracia. Que sí, que 2 Broke Girls parece sacada de los 90 y en ocasiones se pasa de zafia, y que sí, que también, que todo lo que tiene de zafia lo tiene de divertida, por lo menos en mi casa.
Así, rápidamente, 2 Broke Girls tiene a Max (Kat Dennings) y a Caroline (Beth Behrs), dos camareras de un diner en Brooklyn (que sí, que sacada de los 90), un cocinero salido (bromas guarras, venid a mi) un jefe oriental demasiado estereotipado (os presento el punto más débil de la serie), un buenorro para Max (no puedo evitar recordar que “trajina” rima con “vagina”), un señor negro entrañable (del que no entiendo una palabra de lo que dice) y una pija mega pija con unos gemelos que se llaman Brangelina (¿en serio?).
Está claro que lo mejor de la serie es la dinámica Max – Caroline. Max es barriobajera y deslenguada. Caroline es pija, rubia y arruinada, aunque nada, pero que nada estúpida. Juntas son estupendas. Me encantan. Quiero ser su amiga y beberme con ellas un frapuccino encima de Chestnut. La cosa es que el padre de Caroline la lía parda, le congelan los fondos y Caroline acaba arruinada en Brooklyn con Max, a la que convence para montar un negocio de cupcakes. Nota: seguro que Max hace unas cupcakes buenísimas, pero hasta que no se recoja el pelo mientras cocina y no aleje al caballo del horno, yo no le veo futuro a ese negocio.
Y muchas “vaginas”. A veces (en algunos capítulos muchas veces) bromas fáciles, sexuales y raciales combinadas con chistes políticamente incorrectos tremendamente divertidos. Cuando consiguen que lo segundo supere a lo primero las risas se vuelven incontroladas. Cuando no lo hacen, es cuando te preguntas de qué carajo se reirá la gente de las risas “enlatadas”.
Detrás de 2 Broke Girls no solamente está Whitney Cummings (de la que últimamente se habla mucho, en parte por su otra serie) también tenemos a Michael Patrick King, productor ejecutivo, entre otras, de Sexo en Nueva York y Will y Grace o Cybill. En alguna crítica yanqui leí que alguna broma sobre vaginas parecía sacada directamente y tropecientos años después de Sexo en Nueva York, y no lo decían como algo bueno. Pero no subestimemos el poder de las vaginas, que la mismísima Whitney afirma que las bromas sobre ellas pagaron su casa. Lo hace en este artículo del New York Times donde analizan cómo hemos entrado en la era de la vagina. Resulta interesante. Yo os dejo con recopilatorio de “penes” y “vaginas” de este inicio de temporada. Enjoy!!!
.
[related-posts]