7th Heaven – ¿7 en el Paraíso? Prefiero el infierno mil veces
Sí, me gusta la tele y lo veo todo, bueno, casi todo, porque hay series que te ponen los pelos de punta, y no precisamente de la emoción. “7th Heaven” (“7 en el paraíso”) se lleva el premio a la serie más odiada por bytheway.tv (hay otras, no os creáis, ya las iremos viendo).
«7th Heaven» recoge los valores familiares más conservadores y la visión del mundo más retro-tradicional para explicarnos cómo un pastor, su esposa y sus siete hijos afrontan los peligros diarios del mundo moderno. Vale, me están entrando náuseas.
Llegados a este punto resulta difícil digerir que Aaron Spelling (recordemos «Sensación de Vivir» y «Melrose Place«) esté metido en el asunto. Pero claro, es evidente que la jugada conservadora le ha funcionado, porque «7th Heaven» lleva 10 años en antena con audiencias envidiables. Si es que mala hierba nunca muere.
Vale, hasta ahora tenemos una mezcla de valores conservadores y melodrama y no estamos viendo “Autopista hacia el cielo”. En fin, echemos un vistacillo a los personajes:
Eric, el padre y pastor (Steven Collins)
Padre comprensivo, amante esposo, guía de la comunidad… un aburrimiento, vaya.
Annie, la esposa (Catherine Hiks)
Abnegada, luchadora y, por supuesto, buena cocinera y mejor ama de casa. ¿Se puede saber por qué estudiamos una carrera si podemos ser completamente felices teniendo hijos y rellenando pavos?
Matt, el hijo mayor (Barry Watson)
Responsable, atractivo, buen hijo, buen hermano, buen estudiante, buen novio, buen médico… ¿tendrá también una buena…? Nunca lo sabremos.
Mary, la mala (Jessica Biel)
La más rebelde del grupo, supongo que por eso es la que me cae mejor. Ha mentido, hecho gamberradas, se ha casado, ha tenido un hijo, se ha divorciado… ¡es que 10 temporadas dan para mucho! Está caro que una tía tan buenorra no podía quedarse mucho tiempo bajo el abrigo de la familia Candem, y menos después de posar semidesnuda para Gear. A partir de la sexta temporada, la independizaron y la colocaron de asistenta de vuelo bien lejos de los Candem. Después ha aparecido en la serie ocasionalmente.
Lucy, la buena (Beverly Mitchell)
Indudablemente, la más odiosa. Cuando inventaron las palabras “Repipi” e “Insoportable” pensaban en ella, seguro. Para colmo, la voz que le han puesto en el doblaje podría ser la de una niña con tirabuzones del siglo XIX. Lucy es la niña buena, acaba ayudando a su padre en sus obligaciones de pastor, casándose con un buen chico y convirtiéndose en una buena medre. Ahora sí que estoy a punto de vomitar.
Simon, el rubito (David Gallagher)
Casi tan insoportable como la anterior. Al principio iba de niño traviesillo extrañamente precoz y con buenos sentimientos. Luego se convierte en un semi-rebelde, pionero de la familia en el campo de las relaciones prematrimoniales, fuertemente combatidas en la serie (hay que joderse).
Ruthie, la pequeña (Mackenzie Rosman).
Durante las primeras temporadas fue la más pequeña, hasta que nacieron los gemelos. Pasa demasiado tiempo con Simon, por lo que los adjetivos “traviesilla”, “precoz” y “buenaza” también se pueden aplicar a ella. Se ha convertido en adolescente dentro de la serie, por lo que últimamente centra todas las tramas relacionadas con una mal llevada pubertad conservadora.
Sam y David, los gemelos (Lorenzo y Nikolas Brino)
Con esta familia, ¿qué se puede esperar de estas criaturas? Aún son demasiado pequeños para meterse con ellos.
Al inicio de la décima temporada vimos un rayo de esperanza cuando WB Network, la cadena que emitía la serie, anunció que no habría una onceava debido a un descenso de los niveles de audiencia. Sin embargo, WB Network desaparecerá para dar paso a CW Televisión Network el próximo septiembre y, desgraciadamente, «7th Heaven» será recuperada en una temporada número 11 consolidándose como la serie familiar más longeva le la historia (repitamos todos: hay-que-joderse!).
Os dejo con las imágenes de entrada de la serie, en las que se puede ver lo patética que es… cuando las miraba me he dado cuenta de que me había olvidado del perro Happy. Pero bueno, al fin y al cabo el perro no tiene ninguna culpa.