Queer as Folk, gays estereotipados
Tenía muchas ganas de ver “Queer as Folk” por fin en España pues había oído hablar mucho de ella. Lo que no pensé en ese momento es que la mayoría de gente que me hablaban de ella eran gays. Y es que, para mí, esa es la pena de la serie, que es demasiado gay. Dejad que me explique, pues no quiero que se empiecen a levantar las hachas contra mí.
Me encanta que hagan esta serie, pues mi deseo es que la tele sea cada día más rica y en ella tengan cabida todo tipo de contenidos. Pero creo que el estereotipo de gay que presentan es demasiado exagerado y que lo que han pretendido con esta serie es impactar, mucho más que innovar. Lo que querían es que hablasen de ella. De este modo, cuando digo que es demasiado gay es porque si no eres gay te constará entender muchas de las situaciones y, mucho menos sentirte identificado. Y, lejos de, acercarte a la visión gay de la vida y comprenderlos mejor, quizá haya gente que se aleje más. Como siempre, esta serie tiene muchos seguidores y muchos detractores, dentro del mismo colectivo gay. He consultado muchos artículos y foros y tienden a decir que viven en un ghetto. ¿En serio? Yo creo que no, o al menos ellos no deberían permitirlo. Tendrían, también, dejar de permitir este tipo de estereotipos.
En el año 2000 la HBO incluyó en su programación, esta serie de temática gay 100%, que es la versión americana de la serie origina inglesa, inspirada por la vida gay en Manchester. Se podría considerar que la versión femenina de “Queer as Folk” es “The L Word” donde las protagonistas son lesbianas. Estos son los personajes principales de la serie:
Televisivamente hablando no juzgo, ni mucho menos, tendencias sexuales, sino ritmo, guión y, tú, diversión de sofá. Y lamento comunicaros que “Queer as Folk” (cuya traducción sería “Maricas como familia”) me aburre. Yo soy una mente calenturienta pero casi todo lo que he visto de la serie hasta ahora es sexo, sexo, más sexo, un tío que se folla a 5 en el mismo capítulo, pajas, felaciones varias y cuartos oscuros. Y oye, tanto folleteo, cuando es el mayor sustento del argumento, aburre, qué queréis que os diga.