¡Ugly Betty! A por ellos, nena
A finales del año pasado, hace 2 días, Cuatro anunció que había comprado un pack de series a la ABC, con “Ugly Betty” a la cabeza. La blogosfera teléfila (como la llama MacGuffin) se levantó de sus sillas, fusil en ristre para lanzarse sin piedad encima de la pobre America Ferrara y su entrada en este, nuestro país.
Cuatro ha comprado un paquete que comprende dos series triunfadoras, “Ugly Betty” y “Brothers & Sisters” y dos prematuramente canceladas, “Day Break” y “Six Degrees”. Se ve que este trato a la gente no le parece bien: ¿Cómo han podido hacer eso? Exclaman incrédulos tirándose de todos los pelos de su cuerpo. De verdad que a veces me parece que algunos bajan de la higuera.
Desgraciadamente trabajo en el negocio de la producción y compra-venta audiovisual y, coño, esto es el pan de cada día. Que si que me ofreces, y yo que gano, qué me das a cambio, si me quedo esto qué me tengo que llevar. Es por eso que Cuatro ha comprado “Six Degrees”, el sonado fracaso del último proyecto de San J.J. Abrams, y “Day Break”, el replacement de midseason de “Lost” con el cachuzas de Taye Diggs. Porque al llevarse dos series triunfadoras, te llevas de regalo dos series de saldo y el perrito piloto. Además, si las cadenas no adquiriesen estos productos fallidos, nunca habríamos podido ver rarezas como “Young Americans”, “Class of ‘96” o “My so-called life”.
La mayoría se quejan, sin haber visto nada ni de “Ugly Betty” ni de su madre original “Betty la fea”, simplemente porque les parece algo zafio y sin clase, una telenovela de “esas”, tan poco comparable a las grandes obras maestras que ellos, las mentes preclaras admiran, como por ejemplo “House”, el azote de los mediocres (aquí, permitidme que haga una pausa para reírme). Pues, sin ser una fan de Betty, ni una experta en telenovelas de filiación sudamericana, permitidme que os diga que culebrones son la mayoría de las series que vemos. De un modo u otro lo son. Y, que coño, algunas de las series más grandes de la historia de la televisión fueron soap operas. A ver quien es el que tiene huevos de cargarse “Dallas”, “Falcon Crest” o, si me apuráis, “Neighbours”.
Decían las malas lenguas que las cadenas españolas competían para tener todas su propia tía fea, ¿y os extraña? Si algo funciona, sigue con ello. Y eso es lo que hacen. No voy a ser yo quien defienda a las televisiones españolas, pero entrad en razón y decidme, vosotros qué haríais, ¿comprar una serie exclusiva y profunda con matices neo-dogma o dejaros de hostias y comprar el caballo ganador, o sea a la tía fea con mostacho y patillas?
¿No habéis visto como está triunfando la versión española con “Yo soy Bea” , a pesar de estar reciclando los cutre-decorados de “Al salir de Clase”? Al menos, con la de la ABC no nos tendremos que chupar los anuncios encubiertos de leche Pascual y las típicas sandeces cañí. Sí, soy de las que piensa que la tele española deja mucho que desear. Pero, ¿qué más da? Si algo triunfa, a ver quien es el chulo que se lo carga por tener “poco nivel”. Los yanquis acaban de descubrir la sopa de ajo y no la van a soltar. A la pequeña Salma Hayek le ha salido el negocio redondo: acaban de fichar a Rebecca Romjin (ex Stamos futura O’Conell) y se rumorea que Edward Norton, ex de la Hayek le ha pedido un papel estelar en la serie. Aquí nos conformamos con Jesús Vázquez.
Porque no os engañéis, si la historia de Betty-Bea-Lamadredeltopo triunfa es porque la gente es capaz de verse reflejada en la película del patito feo que se vuelve cisne y, a pesar de ser más fea que pegarle a un padre, conseguir el amor imposible del chico guapo. Es una fórmula que siempre, siempre, triunfará, pues es atemporal y universal como eran los temas que trató Shakespeare.