Seinfeld, tu humor me mata

Seinfeld

Conozco poca gente a quien le guste “Seinfeld”. Estoy empezando a pensar en que el éxito de “Seinfeld” es un bulo como ese del PP. No conozco a nadie que vote al PP, pero ganan las elecciones. Bueno, al menos las ganaban cuando las izquierdas no iban a votar. ¿Cómo puede ser que a alguien le guste “Seinfeld” y que el PP gane? Misterios dignos de Friker Jiménez.

Este fin de semana un buen amigo me comentaba que creía que no entendía el humor de “Seinfeld” por ser quizá demasiado NewYorker. Yo simplemente creo que su humor es pésimo. Para empezar, Seinfeld es un epónimo, una serie basada en las experiencias de su protagonista, a mí, eso, ya me da repeluco de por sí. Encima Jerry es cómico, pero hace menos gracia que Joey de “Padres Forzosos” imitando a Popeye.

Jerry y sus amigos son los más feos de la ciudad. Siempre he pensado que esta serie era gris y feísta, quizá por eso siempre me tiró atrás. Sus vidas siempre me parecieron tristes y abúlicas y, a pesar de que Kramer (Michael Richards) era el único personaje que aportaba algo de salsa a estas patatas hervidas, creo que es un personaje sobrevalorado. Más que Jack Bauer. A Jason Alexander siempre le he respetado por sus otros trabajos, pero con Julia Louise-Dreyfus, directamente no puedo. Es pensar en ella y se me baja todo, nenes.

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Con esta serie me pasaba lo mismo que con “Manos a la obra” que, por más que me esforzaba, era incapaz de ver un capítulo entero. ¿De qué iba la serie? De nada. Ahí debe radicar la gracia para sus fans, que no iba de nada en concreto. Se alimentaba de su propia vacuidad. Quizá mi estulticia es mayor de lo que pensaba y soy incapaz de comprender el fino humor de una crítica social velada. Sus protagonistas son paranoicos, histriónicos y con tal carencia de interés que Jerry Seinfeld es protagonista pasivo de su propia vida.

Para justificar su pasividad, “Seinfeld” ha sido bautizada como el epítome de la postmodernidad en las sitcom y algún visionario se ha atrevido a afirmar que es deconstructivista. Gafapastismo para dar y regalar. Sólo hay que pensar que uno de los padres de la serie es Larry “Curb your enthusiasm” David, ese genio incomprendido del humor que debería estar vetado por la OMS. Lo que si que reconozco es la brillantez de su último capítulo, donde los cuatro protagonistas son enviados a la cárcel por “no hacer nada” y por “falta de humanidad”.

Otra cosa que se le tiene que reconocer a Jerry Seinfeld es saber parar a tiempo pues, tras 9 temporadas plagadas de éxitos y ser uno de los actores mejor pagados de los ’90, entró en el Libro Guiness de los Records al ser el actor que más dinero rechazó, cuando le ofrecieron 5 millones de dólares por episodio para que no cancelase la serie. Gracias Jerry, ByTheWay te lo agradece.