Regreso al futuro, al pasado… o a donde sea
Desde los tiempos de Marty McFly hay dos cosas que me fascinan: los chalecos naranja y los viajes en el tiempo. Así que ahí que voy.
De todos los poderes de nuestros Heroes, es el de Hiro Nakamura el que más envidio, a parte del de Peter, máxima expresión del dicho popular “culo veo culo quiero”. Afortunadamente, Tim Kring y sus secuaces están haciendo, de momento (crucemos los dedillos) un uso comedido e inteligente (vaya, que mola mazo) del lío cósmico monumental que puede llegar a ser que uno o varios personajes puedan ir por ahí coleccionando autógrafos de los clásicos griegos.
Hay varios tipos de viajes en el tiempo, y los chicos de Heroes los están utilizando casi todos con una naturalidad que ya le gustaría al amigo McFly, que bien a punto estuvo de eliminarse a sí mismo del mapa, o de la foto. La incursión de Hiro en el mundo de las camareras pasadas fue bastante light, en parte porque nuestro hero favorito acumula toda la integridad moral que le falta al pequeñajo de los Dalton y, como tiene muy claro que es un héroe, difícilmente la va a cagar haciendo el capullo en el inestable pasado. Quizás veamos más viajes de este tipo, pero sinceramente espero que los guionistas no jueguen la carta del lío dimensional, porque entraríamos en un bucle fatal.
El viaje al futuro puede llegar a ser aburrido de solemnidad, ya que si tienes pensado volver a tu presente, lo único que te llevarás de vuelta será algo de información extra para tu plan vital. Pero si eres Tim Kring y New York ha explotado, puedes marcarte el futuro volátil más pirulacho de la historia de los futuros volátiles y luego quedarte más ancho que largo volviendo al presente y ¡ala!, a salvar New York pequeñines, que está claro que la historia no puede acabar con tanto hero muerto y, en especial, bajo ningún concepto el japo graciosín puede perder a su amigo.
Y ahora viene mi tipo de viaje favorito, al que yo llamo invertido porque es una mezcla de los anteriores y depende del punto de vista que adoptes. Consiste en alguien del futuro o del pasado que viene de visita, como el Hiro de las destrucciones futuras, que va del rollo enigmático dejando mensajes cuidadosamente mesurados y dando escuetas pistas de lo que será/podría ser. La visita de alguien del pasado, por otra parte, no suele aportar demasiada información útil, pero siempre es una buena oportunidad para chotearse del recién llegado especialmente si no sabe cómo usar un teléfono. El caso del Hiro siniestro es diferente, a ver quién tiene huevos de hacerle bromitas al japo de la espada.
Y si habéis llegado hasta aquí, primero, gracias, y segundo, ¡a trabajar! Ahora os toca a vosotros lanzaros con vuestros viajes en el tiempo preferidos, desde el Doctor Who a Quantum Leap pasando por variaciones como Futurama e incluyendo incursiones puntuales de Embrujadas o Felicity. ¡Ah! Agradeeré eternamente que alguien aporte más información sobre una serie en la que varios machotes maduritos del lejano oeste saltaban al presente de forma inesperada con sus consiguientes escenas cómico-festivas. La tengo encallada en algún surco de mi cabezota y no hay forma de hacerla salir.