My Brothers & Sisters
Tenía muchas ganas de enfrentarme al nuevo proyecto de Ken Olin, pero decidí esperar a tener los suficientes capítulos como para disfrutar de este drama familiar de los que tanto me gustan. Tengo una debilidad antológica por las producciones corales. Si alguien sufre de “familiarismo”, como yo, le recomiendo altamente este proyecto que ha conseguido reconciliar a Sally Field con la televisión, desde 1970 con “La Monja Voladora” (WTF!) y también ha logrado que me olvide de que Calista Flockhart era la odiosa Ally McBeal.
Como dije en su momento, “Cinco hermanos” es una serie llena de caras conocidas que recupera a la mitad de la familia de “Alias”: desde Ken Olin, a su mujer Patricia Wettig (frakkin’ president), Balthazar Getty o el inquietante Ron Rifkin (aka Arvin Sloane). Y, yo personalmente, le agradezco la intromisión de caras relativamente nuevas como la de Dave Annable, por quien he desarrollado un interés especial.
La familia Walker tiene los mismos trapos sucios que cualquier otra pero como son muchos, pues los pollos son más y mayores. La muerte repentina del patriarca Walker, deja a su mujer Nora (Sally Field) y a sus cinco hijos con la mierda al cuello. Así que deberán unirse para hacer frente a los problemas que se les vienen encima: amantes, herencias, desfalcos, drogas, hijos ilegítimos. Vamos, lo normal de hoy en día.
Los cinco hermanos, de mayor a menor son: Sarah (Rachel Griffiths), madre, esposa, responsable hermana mayor y repentina Presidenta de la empresa familiar. Kitty (Calista Flockhart), una republicana en una familia demócrata protagonista de acalorados debates políticos en televisión. Es la némesis de su madre y está en plena búsqueda del hombre correcto. Tommy (Balthazar Getty) es el mayor de los chicos y quien se ha erigido como figura patriarcal tras la muerte de su padre. Aunque fue a la universidad, ha estado a cargo de la empresa hasta que su hermana ha sido nombrada presidenta. Están siempre a la greña. Después viene Kevin (Matthew Rhys), que salió del armario hace años pero no acaba de llevarlo bien públicamente. Es abogado, con lo cuál, es a quien acuden todos los demás con sus problemas fiscales, laborales y judiciales. Que no son pocos. Y, por último, tenemos a Justin (Dave Annable), la perla de la familia. Un veterano de guerra, drogadicto y bala perdida. Parece lo peor, pero como nos han enseñado las películas de Disney, nada es lo que aparenta y, en realidad, es el mejor de todos ellos.
“Cinco hermanos” ha sido para mí, sin duda, una de las sorpresas de esta temporada y aunque no deja de ser un drama familiar aculebronado, los líos y peleas de la familia Walker son altamente adictivos. Quizá, como apuntan otros teleadictos, introduzcan demasiadas tramas y personajes nuevos en cada capítulo, pero ahí está la gracia en el fondo, en que no se estanca y nos deja 3000 cabos sueltos, como otras series que conocemos.
Así que no me seáis maripuris y que no os de palo entregaros a esta serie tan bien hecha por miedo a encontraros otra soap opera más. Los cotilleos y las peleas de los hermanos Walker no os dejarán indiferentes. Y Dave Annable tampoco.