Supernatural…anonadada me tenéis

Supernatural

Ayer estuve viendo 4 programas a la vez y, como podéis suponer acabé por dormirme exhausta en el sofá. Entre el último capítulo de “Cinco hermanos” el culebrón de TV3 y la final de “Factor X”, al final me quedé enganchada a “Supernatural”, una serie que he visto poco. Lo jodido es que no recordaba el por qué.

TVE adquirió “Supernatural” para programarla en verano en un horario razonable (fans del mundo, preparaos para empezar a verla en La2 y, en breve despediros de ella, porque seréis incapaces de encontrarla en la parrilla). Y, la verdad me fascina su decisión porque esta NO es una serie para el prime-time adulto de la primera cadena de España. Aún duele más si piensas en los horarios a los que han ido martirizando a «Urgencias«. Ouch…ouch.

Me tragué dos capítulos seguidos, me cautivó, lo confieso. Pero no me enteré de un kinoto pues, por suerte no escuché nada de lo que decían. Suficiente tenían mis dos neuronas contemplando a los dos ejemplares que tienen en nómina. Jared Padalecki y Jensen Ackles son, han sido y serán, dos actores rozando la apestosidad y, por ello, tienen que dar gracias por ser jóvenes y aprovechar a chupar mucha cámara ahora que aún les aguantan las carnes prietas.

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Ojo, no me malentendáis, la serie no está mal si vas en busca de carnaza adolescente y encefalograma plano, pero es incomparable a la mayoría de producciones televisivas a las que estamos acostumbrados. Semana tras semana, los hermanos Winchester nos pasean a lo largo y ancho de los Estados Unidos mientras buscan a su padre y/o respuestas a sus desgraciadas vidas y, de paso, van salvando a gentes menesterosas de sus servicios. Son como el Equipo A de los fantasmas y las leyendas urbanas.

Lo que aún estoy por decidir es si la serie se ríe de si misma o los guionistas toman drogas duras. Yo abogo por la primera opción. Entre todo el festival del humor que despliega la serie, en uno de los capítulos de ayer, los valientes hermanos Winchester se enfrentaron a un Wendigo (espíritus caníbales) y Dean (Jensen Ackles), el líder del cotarro, se va tras él gritando algo así como: «Ven a por mí, que estoy muy sabroso«. Si eso no es humor, ya me diréis lo que es. Y, además, cuanta verdad ocultan tus palabras, querido Jensen.