Obladi-Oblada, Life goes on
En estos tiempos convulsos en los que vivimos se habla del daño que hace eso a lo que llaman telebasura a nuestros tiernos infantes, pero nadie habla del daño que le hicieron a muchas generaciones pasadas con dramas disfuncionales como «Heidi» o «Marco«.
Sé que voy a ir al infierno por esto, pero alguien tenía que decirlo: «Life goes on» me daba pesadillas. Los argumentos moralistas nunca han sido mi fuerte, pero el hecho que el protagonista de la serie fuese un chaval con Síndrome de Down, era demasiada información para mí. Tenía 10 años y vivía en el mundo de las piruletas, pero ya me olía a chamusquina esa pátina inaguantable de paternalismo.
La primera temporada se centró en la lucha de la familia Thatcher para que su hijo Corky llevase una vida normal, en plan quiero que mi hijo vaya al instituto como los demás capullos del pueblo, que seguro que serán buenos compañeros. Pero cuando vieron que el filón de la discapacidad se había agotado y que Corky se había echado una novia con Síndrome de Down también (se casaron y todo), le buscaron un nuevo novio a su hermana, Jesse (Chad Lowe), portador del virus del VIH. ¡Qué edificantes fueron los años 90!
Apuesto a que Richard Dawkins hubiese disfrutado con los memes de mi colegio, ya que el término “Corky” (if you know what I mean), llegó a estar tan enraizado en mi clase como la mierda de la Sole. Y dudo que todo este fenómeno lingüístico hubiese tenido lugar si no hubiesen elegido un nombre tan desafortunado como Corky, para un chico con Síndrome de Down. (Ray Retarded o Wacky Chucky fueron otras opciones, sin duda).
Lo más sorprendente de todo es que jamás asocié a la hermana de Corky con la buena de Kellie Martin, que desde que me la mataron a traición en “Urgencias”, la pobre no ha vuelto a hacer nada decente. Ai, Lucy, cuanto lloramos Carter y yo cuando la palmaste.
Revivir mi trauma con Corky me ha servido también para percatarme de que Emilitio Aragón no empezó a copiar burdamente con esa astracanada que fue “Casi Perfectos” (copiar a Raymond es de juzgado de guardia). Leyendo sobre las andanzas de «Life goes on» he descubierto que, el gran hit de la muerte de Marcial en “Médico de Familia”, no fue más que otra muestra del talento imitador de Milikito. No sólo introdujo un personaje con Síndrome de Down, si no que hizo que Marcial muriese en un accidente de coche en presencia del chico, tal y como hiciese en «Life goes on» el ex-novio de Kellie, gran amigo de Corky. Emilio, como nos tenemos que ver.