Confianza Ciega (the one and only)

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Encontrábame yo el domingo pasado en casa de unos amigos intentando ver el primer programa de La vuelta al mundo en directo y descubrí que Antena 3 no había hecho más que pifiarla de nuevo. Como reality de viajes que es bluff y como programa es un peñazo de tomo y lomo. Lo más grave del mundo es que, en las notas de prensa que ha distribuido el programa, no hacen más que aludir a Jerry Bruckheimer como creador de la versión americana. Por supuesto, se refieren a The Amazing Race, del que dicen que se basa La vuelta al mundo esta. El susto que me provoca tal afirmación sólo me hace desear que vuelva Pekín Express, porque en The Amazing Race no te obligarían a enviar SMS, ni sortearían coches, ni contratarían a Efrén para presentar los resúmenes. Y si tuviesen un parricida en sus filas, seguramente lo hubiesen manejado de otra manera.

Toda esta reflexión sirve para deciros que aguantamos el programa aproximadamente 5 minutos antes de ponernos a hablar de esa joya que Antena 3 no quiso rentabilizar: Confianza Ciega. Un programa que nos pilló a todos medio vírgenes y por sorpresa y que nos tuvo dos meses amorrados al televisor. En mi caso, amorrada al televisor, tapándome la cara con una almohada, para poder paliar la profunda vergüenza ajena que sentía. No pudimos reprimir nuestras ansias de volver a visionar esta joya de la televisión y estuvimos hasta altas horas de la noche enganchados a YouTube llorando de la risa y la estupefacción. Debo confesar que me había descargado todos los capítulos del reality cuando los volvió a emitir el canal COSMO, porque creo que estos mitos de la tele deben ser guardados como oro en paño, pero aún no lo había revisionado. La pena es que nadie haya guardado el debate posterior al programa, con tertulianos de la talla de Alberto Comesaña, Ramoncín, Teresa Viejo, Juan y Medio y Lidia Lozano. Muy grande.

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¿Quién es esa chica?

Para nuestra mayor sorpresa, descubrimos que COSMO había rodado un capítulo especial, llamado “El Epílogo”, donde había ido a buscar a los 6 concursantes para ver cómo eran sus vidas años después de la aventura putífera en el Algarve portugués y para saber si seguían juntos o no. Fue fascinante ver de nuevo a Carolina e Israel y, sobre todo a Rafa y Nube, los grandes protagonistas de Confianza Ciega por su profundo garrulismo (él) y su lerdez supina (ella). Como confesó Carolina (acuñadora del ya mítico “jo, tía, qué fuerte”), durante el programa las chicas pensaban que los tíos estaban siendo muy tontos dejándose engatusar por cuatro pelandruscas en pelotas, pero con la perspectiva que le han dado los años se ha dado cuenta de que las tontas fueron Nube y ella al creerse, de verdad, que esa panda de mancebos anabolizados estaban súper interesados en escuchar sus penas y recordarles constantemente lo bellísimas que eran. Curiosamente y a pesar de creer que Saeendy se había enamorado de ella, Carolina e Israel siguen siendo pareja.

Por supuesto, Rafa y Nube cortaron después del programa, pues ella descubrió que aún le quedaba mucho tacón por arrastrar antes de cerrarse en una casa en el terruño con Rafa. Pero es que el escarnio público que sufrió el pobre chaval es vergonzoso. Yo lo paso mal cada vez que le veo oír en directo como su amantísima novia se está frotando con un pájaro y le dice que se va a alquilar un piso en Madrid con él. Lo mejor es que Nube dice que profesionalmente le ha costado abrirse paso en la capital. Ya se sabe que es poner “tonta del bote” en el currículum no te da muchos puntos en un proceso de selección.

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A mi Nube no la toca nadie

Jon y Mónica, la pareja suplente que entró para reemplazar a los viejunos que se rajaron (Luís y María José), también han cortado. Estos fueron los chavales que iban de liberales por la vida hasta que les pusieron las imágenes (trucadas) de Jon fornicando con una seductora (así llamaban a las descocadas muchachas). Se dice que Mónica por despecho que magreó con un seductor y que esas imágenes no fueron trucadas, pero al final acabaron abandonando al no poder soportar la presión. (Seductor = señor/a que cobra por hacerte creer que está muy interesado en ti. Si eres hombre, por tu carne y si eres mujer por tu increíble brillantez mental).

Y es que Confianza Ciega ha sido el reality más hard de nuestra televisión, con permiso del psicotrópico Hotel Glam, en parte porque nos pilló a todos desprevenidos y porque Antena 3 nunca jamás se atrevió a repetir la hazaña, a pesar de que obtuvieron picos de más del 50% de share. Dicen que querían una programación más «blanca» (¡ja!). Aunque en el fondo es mejor que nadie haya perturbado el recuerdo que tenemos del programa. Un programa que nadie se esperaba. Ni la propia Francine Gálvez.