Nobody puts “Community” in a corner
El mundo ama Modern Family, y yo que lo comparto y me congratulo, pero me irrita, y mucho, que haya eclipsado otras comedias estrenadas esta temporada. Community, no permitiré que nadie te arrincone.
Todos sabemos que un campus es, en esencia, pura locura, pero si en vez de adolescentes con las hormonas fuera de escala, plantas en los pasillos una pandilla de perdedores que buscan una segunda oportunidad, ahí tienes un Community College, el único lugar donde sería posible crear un grupo de estudio así:
Dicen que Community se basa en experiencias reales de Dan Harmon, su creador, que se enroló en la universidad para ligarse a una chica y allí acabó rodeado de un grupo de gente con la que tenía menos en común que mi prima la del pueblo con la reina de Inglaterra. En Community, el grupo de estudio de spanish que se acaba formando es tan variopinto como caricaturesco: el viejales en formato colegueo que perfectamente podría ir por el mundo diciendo cosas como Why The Face (Chevy Chase), el quarterback y prom king venido a requetemenos (Donald Glover, que por cierto, también es cómico y guionista ocasional de 30Rock), la tímida con punto friqui enamorada del quarterback (Alison Brie), la madre de familia divorciada con un máster en pasteles de calabaza (Yvette Nicole Brown), la rubia (Gillian Jacobs), el megafriki de la cultura popular televisiva en general para el que una clase de historia es un espoiler continuo, mi preferido, vaya (Danny Pudi), y el supuesto prota (Joel McHale) que monta el grupo de estudio sólo para ligarse a la rubia. El tío no es ni remotamente guapo pero tiene una labia que convencería a la Esteban de poner caviar en vez de mortadela al bocadillo de Andreíta… ah!, y se gasta tanto morro que tiene que ir al community college porque ejercía de abogado sin tener la carrera, pero eso al final es lo de menos, como lo de ser el protagonista, que yo prefiero verlo más como algo coral.
Como os he dicho, algo caricaturesco, un poco The Breakfast Club, salvando las distancias, pero sin desayuno, como pregunta Chevy Chase, que a veces creo que se interpreta a sí mismo. No sobra ninguno, todos están que se salen, y el choque al encontrarse por primera vez en el piloto mejora, si cabe, cuando van conociéndose y hasta haciéndose co–dependientes. Ellos la convierten en divertida, con lo que hacen y especialmente con lo que dicen. Las lindezas que sueltan no tienen desperdicio, mención especial al megafriki de la cultura popular televisiva, Abed, que llega a tener momentos que se convertirían en más memorables de no estar bajo el influjo del eclipse.
Yo sigo soñando con una mesa redonda con Abed, Lorelai Gilmore, Veronica Mars y Cappie, pero tampoco me olvido del octavo en discordia: el profesor loco, amargado y chino de español (Ken Jeong), que alguien algún día tendría que estudiar seriamente qué pasa con los profesores de español en la tele que son todos unos friquis, que si ya resulta extraño que Will Schuester sea capaz de enseñar español, no digamos un chino que agría la leche sólo con mirarla. Para los amantes de las conexiones, sabed que el padre de Abed es también director de gleelegio, vaya, Iqbal Theba, que es lo que tiene ser orientemediano, que luego te pillan para cualquier papel de libanés, sirio o egipcio. Un noveno: el decano (Jim Rash) que, pobre, pretende que su universidad no sea tan looserniversidad, pero como, además de no tener conciencia y gastarse una lealtades más que flexibles, está pirado, digamos que contribuye muy mucho a potenciar la locura (me parto con el human being).
Community abre la noche de comedia de los jueves en la NBC antes de Parks and Recreation, The Office y 30 Rock y, aunque no le va demasiado mal con los ansiados upscale viewers, tampoco pisa el terreno seguro de la renovación de cara a una segunda temporada. Crucemos los dedos.