Soy una Yonky de la Navidad: Popular Christmas

A estas alturas de diciembre ya hemos tenido el placer de ver unos cuantos capítulos de navidad así como diversas películas deliciosamente apestosas en la sobremesa de los fines de semana. Efectivamente, it’s the most wonderful time of the year! Y sí, adoro zambullirme en tanta navideñez, muérdago, nieve y buenos sentimientos.

Popular Christmas

Porque los capítulos y pinículas navideñas eso lo tienen, moraleja blanca, digo, de esas del tipo todo es posible en navidad, incluso que las perras del infierno se conviertan en almas brillantes y etéreas, que es básicamente lo que sucede en el primero de los dos entrañables capítulos de navidad de Popular, y es que Cuento de Navidad ha hecho mucho daño, en el buen sentido, pero daño, que no hay año en que alguien no reinvente al señor Scrooge, ya sea en forma de esa maravilla contemporánea que es Los fantasmas atacan al jefe, o trasladándose al lado rosa de la fuerza con Barbie en Cuento de Navidad.

Total, que en Popular les dio por hacer de la perrísima Nicole una alma pura durante unas horas, justificando su maldad con un pasado turbio y hasta dándonos pena con el futuro chungo que depara a toda perra del infierno (o eso nos hacen creer en navidad).

Popular Christmas

En la segunda temporada, los chicos de Popular tiraron de otro clásico recurrente en navidad: ¡Qué bello es vivir!, o lo que es lo mismo, mostrar lo terribilísimo que sería el mundo si no hubieras existido (versión muy utilizada, by the way, en películas tipo «qué hubiera sido de mi vida si…»).

Para ponerse en formato What a wonderful life! aprovecharon una de las tramas más tremebundas de toda la serie: la enfermedad de Harrison, cuyo compañero de habitación en el hospital ha fallecido dejándole al borde del suicidio.

Popular Christmas

Nada festivo, en realidad, pero es que yo tampoco he sido nunca muy fan de ¡Qué bello es vivir!, así que me quedo con la primera navidad, que las perras del infierno siempre dan más juego, aunque mira tú qué cosas, Nicole acaba siendo, esta vez también, la que salva la navidad.

Por cierto, Carly Pope, tiene una película navideña con Christine Baranski en la que ella (Carly, digo) es crítica gastronómica, o algo. Este año, o se me ha pasado, o aún no la han puesto, pero por mucho que tenga problemas con esta chica, nunca puede dejarse escapar una peli navideña, y menos si sale Christine Baranski.