La nueva vida de The Riches
A pesar de mi miedo atávico a todas aquellas series que lleven la marca de “cadena de cable”, de vez en cuando me armo de valor y me sumerjo inconscientemente en el sub-mundo de las series gafapastas. Me decanté por The Riches porque me fascina Eddie Izzard y porque siempre he tenido algo por los ladrones y maleantes simpáticos.
La familia Rich es en realidad la familia Malloy, una troupe peculiar de gitanos de la América profunda que, tras recuperar a la matriarca de la cárcel y enemistarse con todo el clan gitano, deciden suplantar la personalidad de los Rich, un matrimonio fallecido y a quien nadie en su bienestante barrio conocía. Como dice el gran Wayne Malloy, en esta vida ya lo ha robado todo y es por eso que ahora va a robar el sueño americano.
Como he dicho antes, siempre me han cautivado las burlescas facciones de Eddie Izzard (algo que me pasa también con Donald Sutherland), así que la que me ha sorprendido en su papel de matriarca politoxicómana es Minnie Driver, alguien a quien estaba acostumbrada a ver en papeles de pánfila y que aquí está espectacular. Para interpretar a los hijos, han escogido actores con mucha personalidad, dignos de una serie de cable. Nada de mariconeces spellingninanas, todo muy off-beat. Si le sumamos que el hijo pequeño es un travesti y que Izzard también se dedica a travestirse en su vida real, lo sazonamos con unos subtítulos en polaco antiguo y ya tenemos una fiesta gafapástica en toda regla.
The Riches no deja de ser un drama familiar, aunque más en la línea de los Botwin de Weeds que no de los Walker de Brothers & Sisters. Por supuesto los secundarios le dan empaque al asunto en especial el jefe crápula de Wayne (Gregg Henry) y la vecina pastillera (Margo Martindale) que ayuda a Dahlia en su nueva vida en los suburbios. No solo tienen que adaptarse a su nueva vida de ricos, si no que tienen que seguir ocultándose de su clan gitano que les quiere matar y deshacerse de todas las posibles conexiones del pasado de la autentica familia Rich.
Ya veis, amigos, a veces hasta una mente fuerte cae en las trampas de las cadenas de cable. Así que si sois de los que prefieren ir poco a poco con eso que se conoce como televisión de culto, The Riches es una gran opción. Encaminándose a la filmoteca, pero sin pasarse.