Los otros abogados
Desde los tiempos de Perry Mason la televisión nos ha regalado abogados como para gritar un “protesto señoría” y que al juez le estallen los oídos. Pero yo no he venido hoy a hablar de series de abogados, aunque sí de abogados, de esa especie solitaria que cuando sale de la universidad no tiene la suerte de ejercer junto a El Abogado, o de trabajar con Ally McBeal, o ni tan siquiera de oler el perfume de The Good Wife. Me refiero a los abogados que no acaban, pobres, en series de abogados, sino en sitcoms o dramas familiares. Un reconocimiento para ellos, por favor.
Ahí tenemos a Marshall Eriksen (How I Met Your Mother) y su lucha mediambiental interrumpida por su estancia en el Goliath National Bank. Mitchell Pritchett (Modern Family) también es abogado, así como Kevin Walker, de la ya finalizada Brothers & Sisters, que siempre va bien tener un abogado en la familia. Otra familia, la de Parenthood, también tiene su propia abogada: Julia Braverman.
Siempre agradeceremos al abogado Sandy Cohen (The O.C.) que se llevase a casa a Ryan, y las constantes (y apestosas) secuelas en forma de película de Sex and the City no nos harán olvidar a Miranda Hobbes. Will Truman (Will & Grace), es otro abogado inolvidable, y ya me diréis si olvidaréis o no a Bob Hunter, que apareció en Desperate Housewives cuando servidora ya la había abandonado. Una que ni de coña abandono es Downton Abbey, veremos si el heredero-abogado Matthew Crawley es capaz de hacer algo con el lío legal que tienen formado y que además agrade a Maggie Smith. Más lejos en el tiempo tenemos al primero abogado y luego juez Philip Banks (The Fresh Prince of Bel-Air) y mención especial para la jueza Margaret W. Wilbur de My Two Dads.
Voy ahora a por abogados más chungos: ¿os acordáis de Romo Lampkin en Battlestar Galactica? Hay que tenerlos cuadrados para defender a Gaius Baltar, la verdad, como los tenía Maurice Levy (The Wire) con Avon Barcksdale y Stringer Bell, aunque por lo menos Lampkin y Levy sabían lo que hacían, bien al contrario que Barry Zuckerkorn (Arested Development), el peor abogado de la historia. Aunque si queremos abogados chungos, pues Saul Goodman (Breaking Bad) cubre las expectativas de sobras. Por cierto, ya que he nombrado The Wire, sin ser chungos, no nos olvidemos de Cedric Daniels y Rhonda Pearlman. Ah, y mención especial a Ted Buckland (Scrubs).
Más abogados, subsección “cosas raras”, encabezada por Gomez Addams (The Addams Family) seguido de cerca por la abogada maligna de Angel, Lilah Morgan y los buenorros Charles Gunn y Lindsey McDonald, tambien de Angel. No nos dejemos a Nathan Petrelli (Heroes) ni a Cole Turner (Charmed), que sí, antes de convertirse en la fuente de todo mal era abogadillo, y si cuenta la “vida alternativa” de la última temporada de Lost, pues ahí que estaba Ilana Verdansky haciendo de abogada. Mención especial a Catherine (Beauty and the Beast), muy abogada, ella y a Alex Cahill-Walker, que mira que es una “cosa rara” acabar casada con Walker, Texas Ranger.
Los dibujos animados también ejercen la ley, ahí van Gerald Broflovski (el padre de Kyle e Ike en South Park) y Lionel Hutz, cuya voz era la de Phil Hartman. Cuando éste murió Lionel Hutz dejó de aparecer en The Simpsons.
Y acabo con abogados que aún no lo son. Los casos más recientes son la entrañable Casey Cartwright (y Evan, y la gran Katherine en Greek), la animadora guarrona Marti Perkins (Hellcats). Para el final me dejo al que más me divierte: Jeff Winger (Community), que como iba por ahí ejerciendo sin licencia ahora tiene que volver a la universidad. Gracias a todos los dioses televisivos.
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