New Girl, la chica ya no es nueva
Es curioso que New Girl lleve semanas sufriendo serios escapes de audiencia cuando también es cierto que lleva semanas bastante divertida, mucho más que al principio. Sinceramente, durante esos primeros capítulos yo asumía que seguía viendo New Girl porque me encanta Zooey y porque tengo esperanza en la humanidad, pero desconocía por qué lo hacía el resto.
Y pasó. En algún momento después de navidad, New Girl comenzó a ser menos «Jess» y más «Jess y sus amiguitos». Que sí, que la serie se titula New Girl y no A Girl and Three boys, y sí, también sabemos todos que Zooey estaba muy contenta interpretándose a sí misma con trece años, pero hasta a mí me parecía excesivo. Supongo que cuando creyeron que ya nos había quedado claro que la chica es una Manic Pixie Dream Girl (además de adorkable), pues decidieron ocuparse del resto. Me parece muy bien.
Lo de Manic Pixie Dream Girl no me lo he inventado yo, obviamente, sino un crítico yanqui para definir esas chicas que “exists solely in the fevered imaginations of sensitive writer-directors to teach broodingly soulful young men to embrace life and its infinite mysteries and adventures”. El hombre hablaba de Kirsten Dunst en Elizabethtown, pero como apuntaban aquí hace unos meses, sirve para Jess y para la mayoría de papeles que ha interpretado Zooey en toda su vida. Representa que si una Manic Pixie Dream Girl es además un poco-bastante nerd (y está buena, no lo olvidemos), pues tiene todos los números para gustar, así, en general. No lo voy a negar.
Sin embargo, New Girl sigue perdiendo audiencia a pesar de haberse encontrado con la entrañabilidad, el equilibrio y la sonrisa. ¿Culparemos a Fox por haberla programado como el culo? Es una opción, pero algo injusta, que lo sepáis. No perdamos de vista que la chica nueva aún tiene mucho que demostrar, que ya hace semanas le garantizaron una segunda temporada, que aunque descienda en los ratings lo cierto es que viene de muy alto, y que más le vale no dormirse en los laureles.
No dormirse. De momento han conseguido hacer de Schmidt un personaje francamente divertido, aunque quiero pensar que su pasado con sobrepeso y su presente tiquismiquis y obsesionado con el orden es un homenaje a Monica (de Friends, ¿tengo que decirlo). Quiero pensarlo. Y reconozco que su relación con Cece es bien. Veremos qué hacen ahora con ella, con la relación, digo. Además, me encanta que Max Greenfield sea un emocionado de la vida que cuando los de vulture se inventan una posible carátula de un vídeo de Schmidt para ponerse cahas, el tío vaya y grabe el vídeo y, espera, organice una clase real de spinning. Por cierto, leo en su entrada en la wikipedia que su Bar Mitzvah fue temática de Saturday Night Life. Fan.
Pero si me queréis, entrañables amigos de New Girl, si me queréis, no dormirse, por el amor de todas las chicas con gafas de pasta y flequillo del universo, que aún hay dos compañeros de piso más que esperan su momento.
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