Mi reconciliación con Lost
La sangre me hierve muy fácilmente y, si me pilláis bajo el influjo de plutón, además despotrico y pataleo. Afortunadamente, se me pasa rápido y olvido con una facilidad pasmosa las afrentas televisivas pasadas. Vaya, que me he reconciliado con Lost, y no solo porque ya hayan quedado lejos esos capítulos que no le hacían en absoluto justicia, sino porque, entre otras cosas, ha llegado Juliet para devolvernos la esperanza. Dulce y manipuladora, Juliet ama, odia y sufre. A ella también le ha puteado la isla, y se me antojan múltiples razones por las que debería estar infinitamente cabreada. Llegó
Quiero más!