Las nuevas brujas de Eastwick

Consecuencias de la fiebre remakeadora que les ha dado a las cadenas últimamente son series como Eastwick, basada en la película de 1987, basada a su vez en la novela Las brujas de Eastwick de John Updike. O sea, la serie tiene todos los ingredientes para ser considerada un truño de tomo y lomo y, a pesar de eso, estoy empezando a cogerle cariño. Por supuesto, lo primero que tenéis si decidís empezar a verla es olvidaros que jamás existió una película protagonizada por Jack Nicholson, Cher, Michelle Pfeiffer y Susan Sarandon porque, si no, os cogerá una depresión. No

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Retorno a Smallville

Creo que fue cuando acabó Make it or break it que sufrí una crisis teligiosa. Las crisis personales las curo con algo de Gilmore Girls, las teligiosas se curan con el piloto de Alias. Pero también dejan secuelas, esta vez en forma de deseo irrefrenable de reengancharme a Smallville. Qué cosas. Es como cuando de repente te apetecen unas ruffles yorkqueso, que apestan, pero quieres la bolsa entera. Tuve que abandonar Smallville cuando me harté de su ir y venir en círculos sin llegar a ninguna parte. Aguanté hasta el final de la quinta, y en septiembre de 2006 decidí

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Three Rivers

Cada temporada pruebo un método nuevo para enfrentarme a las novedades porque, ya sabéis, yo soy muy de costumbres y me cuesta despegarme de las series antiguas para dejar paso a las nuevas. Pero este año me he soltado la melena y me he lanzado a lo kamikaze a ver todas las series nuevas de esta temporada de golpe. TODAS. Y, claro, como era de esperar, eso me ha provocado una profunda sensación de vacío espiritual porque, en general, me han parecido todas morralla pura. Si rebuscáis entre los post antiguos dónde hablaba de las series que venían (algo que

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Madalenas para el teligioso

Al final un cupcake (aún no he decidido si es “un” o “una”, así que iré variando) no es más que una madalena tuneada con crema de colores, pero eso convierte a los cupcakes en el postre con más posibilidades friquis de la historia de los postres. Para empezar, no creo que muchos de vosotros viváis en Rutherford, New Jersey, pero ahí están los chicos de Sweet Avenue, una pastelería en la que podríais comprar estas cupcakes ideales para vuestra fiesta de Halloween, si la hubiera: Aunque yo prefiero las True Blood cupcakes, edición limitada solo a la venta el

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Mi amiga Lisa y yo

He estado dándole muchas vueltas al tema de poner esta foto o no en nuestra sacrosanta casa. Tenía la sensación que era como poner una foto con mi tía en la boda de la prima Piluca, o sea, una estampa familiar. Porque yo con Friends siempre he tenido una relación muy cercana, como si fuesen mis vecinos de arriba, personas a las que yo conocía pero los demás no. Esa es una de las razones por las cuáles no me voy a discutir con nadie sobre la grandeza de esta serie, una de las más geniales de todos los tiempos,

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Subiendo la media de edad

Ayer me encontré con un ranking muy curioso, el de la media de edad del público de las nuevas series de las principales cadenas. Por supuesto, esta media está basada en el público que ve las series en directo, que cada vez es menor porque las nuevas generaciones están usando nuevos métodos de visionados, mucho más cómodos y rápidos. Es por este motivo que las medias de edad son tan altas, pues si contemplan las de DVR, la media es unos diez años más joven. Recordad que esto sólo son medias aritméticas complicadisimas sólo entendibles con un master matemático de

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Esos locos listillos

Cuando tu serie es una de esas que resuelven casos es casi imprescindible que tus personajes sean excepcionalmente listos. Solamente puedes permitirte el lujo de tener lerdos integrales si en tu serie no pasa nada, véase Seinfeld, Dos hombres y medio, o Everybody loves Raymond. El único problema (si eres el listo, digo) es que tener una inteligencia privilegiada en televisión la mayoría de las veces se paga con alguna disfunción en tu relación con los demás o, directamente, locura. Mi disfuncional preferida es Temperance Brennan, la mejor antropóloga forense del mundo mundial, pero rebozada toda ella de una capa

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Go get that bitch

El amigo Roland Barthes (sí, no os habéis equivocado, seguís en ByTheWay) se sacó de la manga la aplicación de los términos studium y punctum para expresar lo que sentía ante una fotografía. El studium venía a ser algo así como un interés general en la fotografía que hacía que, oye, te gustase. En otro nivel se encontraba el punctum, el pinchazo que llegaba directamente al corazón y que se podía encontrar en elementos tan aparentemente inadvertidos como un pequeño objeto, la forma de colocar las manos, etc. Si os interesa el asunto podéis echarle un vistazo a La cámara

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Reforma sorpresa. A Enriqueta le han tirao sus cacharritos

Está claro que Cuatro lleva tiempo buscando su reality way, y entre Famas, Perdidos en Tribus y Pekín expresses, a fe mía que lo están consiguiendo. Con Reforma Sorpresa se unen a eso que mola tanto y que es el tuneado doméstico con emoción porque tú lo vales y yo te lo agradezco.A mi de entrada ya me motiva que sea un programa sin plató, montadito, y que en una hora más o menos se ventilen el asunto. Así, lo pueden emitir cada día en la franja de la tarde en la línea de lo que ya hizo Antena3 con

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Sandra Bullock mola, y punto

Punto pelota. Porque la Bullock es una de las más divertidas, eso es indiscutible. No es especialmente guapa, eso lo tiene, desengañémonos, pero debe tener el aura del tamaño de un elefante, porque esta chica gasta encanto que no se lo acaba. Y sí, a su edad está estupenda, la tía. Los detractores bullockianos estaréis gritando ante el ordenador… “Es una pésima actriz!!! Sus películas son malas (excepto Crash, quizá)!!!”. Que no pasa nada, amigos, si alguna vez coincidimos en una isla desierta con solamente dos reproductores de video, os cedo gustosamente la última copia de la tierra de Bailando

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Sangre no tan fresca

Me congratula constatar que los chicos de Port Aventura se han apuntado a la moda vampiril que nos invade últimamente, porque ya sabemos que no solamente de True Blood vive el vampiro, y que Crepúsculos y Crónicas vampíricas llevan tiempo provocando extragos en la población juvenil diversa. Me recuerda a cuando una de nuestras más mediáticas faranduleras (de hecho, creo que fue la Obregón) dijo algo así como qué inteligente era Spielberg de hacer una peli sobre dinosaurios en ese momento en que estaban tan de moda. En fin. El tema es que para promocionar su Halloween miedica de todos

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Crazy Eyes

Estaba viendo yo el otro día una serie ñordosa, típico culebrón de las sobremesas, y alucinaba con un personaje que tiene unos ojos de loca alucinantes. Por supuesto, hace de desequilibrada. Y eso me llevó a pensar en nuestras amadas actrices americanas poseedoras de unos crazy-eyes capaces de hipnotizar hasta a Kenneth Parcell. Aviso que puede haber muchas discrepancias porque puede ser que mi animadversión hacia más de una de ellas me nuble el conocimiento, pero no seréis capaces de negarme que, en su interior se intuye unas locaris de tomo y lomo. AMANDA FOREMAN Ella es mi favorita; la

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