El guionista en los tiempos del spoiler
Hace unos días, a los chicos de la UC San Diego les dio por anunciar que tienen un estudio que apunta que los spoilers no solamente no son malos sino que pueden ayudar a disfrutar más las historias. El asunto sirvió para traer a colación, de nuevo, el debate en la blogosfera teléfila sobre si spoiler sí, spoiler no o si spoiler a veces, con el eterno añadido del tipo: «si la historia está bien escrita los spoilers no importan», o «quizás se abusa del efecto sorpresa». El debate es tan eterno y recurrente como discutir sobre cuál es la mejor acompañante del Doctor, siempre para acabar con el clásico “para gustos, colores”, es decir, que si alguien quiere anchoas y queso azul en su pizza, allá él, es su pizza.
Vamos a por el pizzero, porque como espectador ya tiene uno suficiente experiencia como para saber cómo te gusta enfrentarte a las historias sin necesidad de que unos listillos yanquis vengan y te lo expliquen, y como garlante sobre televisión ya te has acostumbrado a avisar, más o menos sutilmente, para no fastidiarle a nadie el asunto… pero ¿qué hay del guionista/responsable?
El señor Damon Lindelof ahí que va con la solución: mentira, secretismo y ocultación.
But now, if I thought of a major twist, I wouldn’t do it unless it was a home run. Because at this point, a base hit is not acceptable. And once you decide to do something like that, you’re faced with the question of, `What am I willing to do to hide this?’ Am I willing to lie to pretty much everyone I know? Is it worth lying to the crew and to everyone I work with? Because that’s the only way you can pull it off. Fuente: Are spolers flipping the script? (altamente interesante, by the way)
Es evidente que el tipo de spoiler que preocupa a los responsables de una serie es el que se filtra cuando ésta aún no se ha emitido, el dato sobre la trama que no conoce nadie y que además no se quiere que salga a la luz antes de la emisión. Ya sabemos todos que si la historia está bien construida la disfrutas aunque sepas más o menos lo que va a pasar, pero desengañémonos, el elemento sorpresa, o como mínimo el efecto “primera vez” es importante. Y para no poner un ejemplo tipo Lost o Fringe, que tiran bastante de lo sorpresivo, pensad en The Good Wife y la escena final del ascensor, que he disfrutado todas y cada una de las veces que la he visto, pero la primera fue especial, ¿o no? Y que conste que en esta casa nos inclinamos más hacia la spoilerfilia.
Ocultar lo que pasa en este tipo de escenas no tiene misterio: que el personal se calle la boca hasta que se emita el capítulo y punto. Práctica normalizada, establecida y asumida. Si se trata de spoilers más delicados también puedes intentar implicar al menor número de gente posible para minimizar el riesgo de filtración. Creo que algo así hicieron con el último capítulo de Doctor Who que han emitido. Y también hay quien graba diversos finales, en parte para despistar y en parte porque tampoco deben tener muy claro cómo acabar.
El problema es cuando quieres ocultar movimientos de gente. Recuerdo que Katee Sackhoff (Battlestar Galactica, y sirva esto como aviso de spoiler) explicaba cómo había tenido que mentir despidiéndose de sus compañeros sabiendo perfectamente que volvería. Bueno, la verdad es que en este caso todos sabíamos que volvería. Menos nos esperábamos la aparición en la última finale de The Vampire Diaries de dos jóvenes viejas conocidas. Por ahí leí que justificaron la presencia de una de ellas en la ciudad donde rodaban por su amistad con Nina Dobrev. Vaya, que estaba “de visita”.
Hace unos meses, Anna Torv iba por ahí diciendo que ella no sabía cómo acababa Fringe, pero que los guionistas ya lo tenían más o menos escrito. Me recuerda a cuando en su momento anunciaron lo mismo el dúo Lindelof/Cuse respecto a Lost, o cuando los de Battlestar Galactica también se lanzaron a decir que tenían su final. Con el historial que tenemos, la verdad es que no te deja más tranquila que el guionista sepa cómo acabar, sino que la cadena permita que el guionista acabe. Personalmente, me hace mucha más gracia que el señor Moffat escribiera sus Silence in the Library y Forest of the Dead sabiendo que cerca de dos años después la liaría parda con River Song… como diría ella: Spoilers!
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