Mystery Girls, droga nostálgica
Interrumpo vuestras vidas apacibles para compartiros una de mis inquietudes del mes. Y es que la ABC Family va a tener a bien regalarnos alegrías de los que vivimos en la nostalgia como ya hizo en su momento con la marginada Melissa y Joey (¿por qué no la amáis todos muy fuerte?). La temporada que viene nos van a traer la sitcom Mystery Girls, probablemente una mierda de dimensiones astronómicas, pero como va estar protagonizada por Tori Spelling y Jennie Garth a mí me va a encantar. Vaya, que por mí, como si se pasan media hora recitándome el listín telefónico de Burgos.
En Mystery Girls, Tori y Jennie interpretarán a dos mujeres otrora famosas por una serie de televisión donde resolvían misterios. La serie se llamaba Mystery Girls, CLARO. El tema es que han pasado los años y cada una ha seguido con su vida anónima en los suburbios, en el caso de Jennie cuidando de su marido y de las meriendas de sus hijos. Hasta que un día reciben la llamada de un fan de la serie, quien ha presenciado un crimen y se niega a hablar con nadie que no sean sus ídolas Charlie Contour (Garth) y Holly Hamilton (Spelling) – un poco nombres de novias de Hugh Hefner –.
Esto, la verdad, puede ser una gran locura, como la serie donde Pamela Anderson era una investigadora privada/guardaespaldas (V.I.P.) o The Client List, quizá, donde Jennifer Love Hewitt se suponía que era una masajista pero le acababa haciendo pajuelas a los clientes. Esto último, lamentablemente no va a pasar con Tori y Jennie, que esto es la ABC Family. No me digáis que viendo las fotos no os imagináis las idas de olla que nos esperan la temporada que viene. Tori es tan over the top ella sola que es deliciosa y Jennie, bueno, es Kelly Taylor. Preferiría que fuese Shannen Doherty, pero eso sería pedir demasiado, porque nadie la soporta y esto acabaría en tatarí. Pero imaginad, imaginad las posibilidades.
Yo sólo quiero que les salga bien la jugada para que Tori pueda, por fin, tener un buen año porque, desde que murió Aaron Spelling todo va cuesta abajo: su madre loca le quita la herencia, venden la Mansión Spelling – con sus 3 habitaciones para envolver regalos -, le cancelan los realities, el marido le pone los cuernos y dice que está arruinada y ya no puede gastar desenfrenadamente. A mí Tori siempre me ha caído bien, la verdad. Viva Tori, joder. Donna Martin gratuates!