Autor: Montsinya

Sorkin, supongo

Cuando te llamas Aaron Sorkin puedes presumir tranquilamente de ser el guionista que ha superado la súper fuerza del guionista que ya ha superado la súper fuerza del guionista. Pasa entonces que, en este estado de gracia creativa, cualquier cosa que salga de tu boca o de tus dedos (aunque sea el relato de la presentación de la declaración de la renta) es como un festival de chuches en una nube. Y así es como explica el amigo Aaron el origen de The West Wing en el prólogo del guión del piloto que se incluye en el pack cartera presidencial

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De hijas a madres

Es lo que tiene, un día estás jugando con tu Barbie Malibú, y al siguiente tienes una adolescente en casa. Es evidente que no he descubierto la sopa de ajo: el tiempo pasa, pero es que ver a la inigualable Whitley Gilbert haciendo de abuela en The Vampire Diaries me ha puesto del revés. ¿Abuela? ¿En serio? Vale que tiene algunas arruguillas, pero yo diría que para que Jasmine Guy pudiera se abuela de alguien tanto ella como su hija tendrían que haber sido madres adolescentes, cuanto menos. En fin. Para no dejar la senda de la verosimiltud continuamos con

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Elecciones irreverentes

Mi revisionado fantasbuloso de la semana ha sido Election, que MacGuffin ya llevaba tiempo avisando que es el verdadero referente de Glee, a pesar de que aún hay bocachanclas por el mundo que de repente escupen cosas como que primero fue High School Musical y luego Glee. ¿En serio hay alguien que después de haber visto Glee tiene los santos bemoles de compararla con High School Musical? Y no me malinterpretéis, soy la primera que desconecta el teléfono cuando ponen HSM en el Disney Channel, y canto sus canciones, y me emocioné con el final de la tercera (la segunda

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Fútbol, soccer y nenazas

Tradicionalmente, a los americanos del norte les interesa tanto el fútbol como a mí el punto de cruz. Para empezar, lo conocen como soccer cuando el resto del universo habla de fútbol, claro que para ellos el football es un deporte menos de nenazas, con sus hueveras y sus cascos y sus cosas. Y digo de nenazas porque, en general, nuestro fúbtol, su soccer, acaba siendo un deporte para niños y chicas. Nenaza lo serás tu Al referente más cercano me remito: en Parenthood, donde el deporte familiar es el baseball, como ya se encarga de dejar claro el pesado

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Muérdeme, aunque seas el vampiro bueno!

Nos ha vuelto a subir la fiebre vampírica patrocinada por el estreno de la tercera temporada de True Blood, serie que de repente todo el mundo parece amar. Uhmmmmm. En fin, que cada uno sabrá qué le pide a sus vampiros de cabecera, pero yo tengo claro que los vampiros nos atraen porque muerden, y porque son misteriosos, y fuertes, y poderosos. Y muerden. Y es por eso que el vampiro bueno come-ratas siempre es un muermo. Porque no muerde, y va por ahí con la misma pinta de pena que tengo yo cuando me da por no comer hidratos.

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Harry Potter y su «wizarding» parque para magos

Y acabamos la semana de forma lúdico-festiva porque, si bien el universo entero (y aledaños) tiene los ojos puestos en el mundial de fútbol, el acontecimiento veraniego que realmente nos cambiará la vida es la apertura del parque temático de Harry Potter, justo en una semana. En realidad no es un nuevo parque, sino una sección del ya existente Islands of Adventure, dentro del Universal Orlando Resort, en Florida. Que seguro que con las colas que se formarán dará para tirarse un día entero, pero básicamente tiene tres atracciones y un montón de tiendas. El Dragon Challenge y el Flight

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Caprica Terracotta Warrior

Los capricanos y la terracotta

Daniel Graystone tiene un guerrero de Xian en su despacho, que lo sepáis (foto más abajo). Y es que a estas alturas ya todos también sabemos que Battlestar Galactica «elevó» la ciencia ficción, por decirlo de alguna forma. Caprica también aprovecha la senda elevadiza que ha heredado añadiendo elementos culebronizables y también algo gafapastas, no lo negaremos. Pero vuelvo a la elevación, esa elevación que el amigo Moore consideró imprescindible para alejarse de las space operas y que consiguió en parte a través de lo que ha llamado alguna vez Naturalistic Science Fiction (aquí coincidiremos en que un poco de

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Alias

Desde Alias con amor

Hace unos días se propagó cual virus maligno 2.0 que los amigos de la ABC contemplan la posibilidad temprana de rebootear Alias. Vaya, que dos peces gordos estarían por ahí comiéndose un bagel de atún y uno le dijo al otro: colega, que los fans de lost se están pasando a Fringe. Y el otro le dijo: dude, necesitamos una tía buena que tenga muchos secretos y dé patadas muy altas. Y uno de ellos se fue de la lengua con Kristin y se lió parda. Nunca me ha importado la proliferación de reboots o remakes. Al fin y al

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Disney me mata

Ayer dimos el adiós definitivo a Hannah Montana, y es que lo que hizo Miley Cyrus en Rock in Rio llevaba de todo menos el sello Disney, ni que la niña se lo hubiera tatuado en las nalgas, lo que realmente hubiera sido perturbador. La última temporada de Hanna Montanah se estrena en unas semanas, aunque Miley ya ha acabado de rodar, y sin duda también ha pasado página. Dicen que el reinado en Disney ahora lo tiene Selena Gomez, de Los Magos de Waverly Place, que antaño fue bff de Demi Lovato, de Sonny entre estrellas y Camp Rock.

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El efecto SyFy

Hace ya casi un año que los amiguetes del entonces Sci Fi se pasaron al SyFy (imagine greater). Básicamente pretendían tener una marca cuyo nombre poseyeran ellos solitos (Sci Fi es el diminutivo «oficial» para ciencia ficción) y, más importante aún, rebrandizarse para abrazar una programación que no apuntase tanto hacia la idea clásica de ciencia ficción sino más hacia un «entretenimiento basado en la imaginación». Vaya, quitarse el lastre de friquis o geeks que van por el mundo diciendo cosas como live long and prosper. Sea como sea, y aunque la ciencia ficción es un género difícil, lo cierto

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Pinículas fantasbulosas: Crueles intenciones

Uhmmm… sip, sé perfectamente que Crueles intenciones más que fantasbulosa es apestosa, y lo peor es que ni siquiera en esa apestosez radica su encanto. Vaya por delante que no me rasgo las vestiduras ante una adaptación cutrerna (véase cutre+moderna) de Las Amistades Peligrosas, por mí como si todo el equipo de Dollhouse decide reinventar Lo que el viento se llevó. Pero la cuestión es que Crueles intenciones es un despropósito guarrillo de principio a fin, y aún así (o por eso) la adolescente sin miramientos que llevo dentro la ama. Corría el año 1999 y Ryan Phillippe casi estaba

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Todos los huesos

En las series de casos, lo que es el caso propiamente dicho normalmente me interesa más bien poco (a no ser que se lo curren bastante, que de vez en cuando, mira, pasa). Total, que como soy una sentimental adicta a las comedias románticas, lo que más me atrae en estos casos «de casos» son las dinámicas que se generan entre los personajes. Podéis imaginar, entonces, que considero totalmente imprescindible que en la estructura de estas series haya algo que no falle nunca: esos minutos finales después de haber resuelto el caso, cuando nuestras parejas de compañeros detectives, polis o

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