Categoría: Temas de Interés Mundial

La televisión es la meta

De todas las profesiones televisivas, unas de las más populares (con el permiso de médicos y polis/detectives) son las que se desarrollan, precisamente, en la televisión, y es que trabajar en la tele puede llegar a ser una gran bola de mierda, como trabajar en cualquier otro sitio, pero aún así, sigue pareciendo súper cool. Recordaremos todos que en la temporada 2006-2007 la NBC se desmarcó estrenando Studio 60 on the Sunset Strip y 30 Rock. Ambas dos ambientadas en el backstage de un programa de sketches a lo Saturday Night Live, y ambas dos con unos papis con mucho

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De Miniseries (y maxi-dramas)

No sé si os lo había dicho antes, pero ya podéis disfrutar de un nuevo blog que Juanjo se ha sacado de la manga, dónde encontraréis todas las tertulias disponibles hasta la fecha (con nuestros comentarios). Teleginios es nuestro pequeño homenaje a Arena por ser incapaz de recordar el término Teligioso. En la tertulia radiofónica de la semana pasado estuvimos un rato divagando sobre el tema de las miniseries. Como siempre me pasa con las tertulias, después me da por reflexionar más de lo que lo había hecho antes. La razón de ser de la miniserie es para dar cabida

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¡No os emparejéis, insensatos!

La Ausiella anda por ahí haciendo palmas porque la Deschanel le ha confirmado – parada técnica para nenazas spoilerfóbicas- que habrá una escena de cama Booth-Brennan esta temporada. Oh my frakkin god! Aunque me muero de ganas de ver a estos dos vivir felices y comer perdices, la forma más rápida de acabar con la serie es convertirles en pareja, por eso espero desde el mismísimo tuétano que se trate de algún escarceo carnal ocasional, que, bien llevado, puede, por otra parte, proporcionarnos las mejores risas. Fracaso parejil. A los hechos me remito: Luz de luna, Remington Steele, El espantapájaros

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I’ve seen it, so you should do it too

El otro día escribí un post sobre cinco series con las que no hacía falta que perdieseis el tiempo y, cómo no podía ser de otra manera, hubo gente que se acordó de todos mis antepasados por decir cuatro verdades en esta, mi casa. Como me va la jarana, pero soy buena persona, hoy voy a hablaros de cinco series que todo diox tendría que estar viendo. Pero esta, como antes, es sólo mi opinión. Aunque, claro, es la que cuenta aquí. Las cinco son series que están actualmente en antena porque quiero dar por supuesto que todo el mundo

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Iconos de la moda

Me encanta que los personajes estén trabajados hasta el más mínimo detalle, hasta tal punto que se les asignen objetos característicos que les acompañen capítulo tras capítulo. Hay personajes a los que ya no imaginaríamos si no fuesen ataviados con estos objetos que les representan metonímicamente. Igual que Hannibal Smith viajaba a todas partes con su puro, Michael Knight con sus tejanos apretados, Kojak con su chupa-chups y Ironside con su silla de ruedas, hay muchos personajes en la televisión actual que siempre recordaremos por los objetos que les hicieron míticos. Los hay de todos los tipos: desquiciantes, entrañables, cachondos

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Machotes de los ‘80

Los ‘80 fueron una década prolífica para la idolatrización de los machos de pelo en pecho. Yo todavía era una niña, pero dentro de mí sabía que esos hombres eran algo fuera de lo común. Por supuesto no sentía ningún furor uterino, si no que más bien era algo así como “uy, que guapo es este señor, quiero que sea mi papá”. Estábamos en la fase anal. Dejaré para otro día los ídolos adolescentes tipo Kirk Cameron o Michael J. Fox para hablar de los ídolos maduritos que marcaron una época televisiva llena de pelambrera, machirulez y pantalones arrapados. He

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El tabú del culebrón

La tertulia de la semana pasada en Radio San Vicente me dejó dándole vueltas al tema de los culebrones, ese género tan denostado y extendido a la vez. Por supuesto existen muchos tipos de culebrones (latinos, adolescentes, de ricos, familiares…), pero todo ellos tienen características comunes que los hacen grandes y un género imprescindible para la televisión. Los culebrones son como Gran Hermano o los programas del corazón, a nadie le gusta admitir que los sigue, pero todo el mundo les echa un vistazo. A tal punto llega el tabú de la palabra “culebrón”, que ahora a muchas series culebronescas

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Las elecciones de los famosos

No hay nada mejor para vender un producto que poner la cara de un famoso promocionándolo. Los hemos visto vendiendo cremas, coches, anti-caspas y hasta compresas, pero lo más importante que pueden endosar los famosos es un candidato a la presidencia de su país. Los yanquis no dudan ni un momento en subirse al carro de su candidato preferido que, habitualmente, es el demócrata, porque si juntamos el mundo de la farándula con las derechas, el resultado que tenemos en Norma Duval. En España ya tuvimos un intento con los famosetes patrios haciendo lo de la ceja de Zapatero y

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A clonar, bitches!

Un clon es, a una serie, lo que un comodín al remigio. Cuando menos te lo esperas aparece por ahí cerrando algún agujerillo o, incluso, algún socavón, eso depende de la mucha o poca sutileza, imaginación o talento de los guionistas. El último clon con el que me he topado (ahí van spoilers de la cuarta de Stargate Atlantis, bitches): el doctor Carson Beckett. Animalillo, más de un año secuestrado y cuando por fin lo rescatan descubre, no solo que es un clon, sino que está próximo a palmarla porque sus órganos clonados funcionan peor que la crema de baba

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Negación de la Emmynencia

Cada año tras la entrega de los Emmy nos sumergimos en los mismos debates: que si le tendrían que haber dado el premio al de la moto o a la abuela que fuma, que si otra vez el plasta de Jeremy Piven, que si Dos Hombres y Medio apesta (eso se dice mucho). Y, por mucha rabia que me de, no puedo evitar cada año acordarme de los que faltan, de los que se les ha negado algo que por derecho les pertenecía. Inspirándome en una lista de Entertainment Weekly sobre los 50 casos más sonados de robo de la

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Asuntos Capilares

Cuando empieza una serie, es importante escoger un look adecuado para cada personaje, que marque su personalidad y, si puede ser, que marque tendencia. Por supuesto, a veces los estilistas se equivocan y hacen que un actor majete lleve una tofa en la cabeza o que una actriz resultona, acabe llevando una escarola en la cabeza. Pero a veces dan en el clavo y, cuando esto ocurre, despiertan un furor uterino en el pueblo llano, que hace que todos corramos hacia nuestras peluquerías, foto en mano, para reproducir dichos peinados en nuestras propia cabezas. Los resultados, por supuesto, acostumbran a

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Dear Katie Holmes

Querida Katie, cuando te conocí te llamabas Joey y eras una jovencita verborreica enamorada de un rubiales con diarrea mental. El uno para el otro, sin duda. En un alarde de agilidad mental sin precedentes, vislumbraste que la cabeza del rubiales no iba a dejar de crecer nunca y, tras marear la perdiz un buen montón de capítulos, entregaste tu flor al malote-pero encantador-chico con problemas y mejor amigo del rubiales. Resultado: más diarrea mental para todos, que empeoró cuando tú y tus coleguitas os plantasteis en la universidad. Las bibliotecas pueden hacer mucho daño. En fin, me caías bien

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