A clonar, bitches!
Un clon es, a una serie, lo que un comodín al remigio. Cuando menos te lo esperas aparece por ahí cerrando algún agujerillo o, incluso, algún socavón, eso depende de la mucha o poca sutileza, imaginación o talento de los guionistas.
El último clon con el que me he topado (ahí van spoilers de la cuarta de Stargate Atlantis, bitches): el doctor Carson Beckett. Animalillo, más de un año secuestrado y cuando por fin lo rescatan descubre, no solo que es un clon, sino que está próximo a palmarla porque sus órganos clonados funcionan peor que la crema de baba de caracol. El clon Carson Beckett podría entrar dentro del grupo no estaba muerto, que estaba de parranda. Vaya, que un personaje que se habían ventilado hacía tiempo, aparece de nuevo ahí, como si nada. Muy a lo J.J., ciertamente.
Como si se tratara de un castigo divino, el clon es, en ocasiones, genéticamente inferior a su gemelo, lo que resulta muy útil para diferenciarlos y para dejar claro que el don de la vida lo tiene reservado dios (pero mira que somos deudores de los clásicos). Por cierto, otro día hablaré de los replicantes, que la tecnología de los nanitos no la domino demasiado, por ahora.
Moraleja: no clones a Homer Simpson, que heredará todos sus defectos y casi ninguna de sus virtudes.
Me parece un poco extraño, cutrecientíficamente hablando, que un clon herede recuerdos y conciencia de su gemelo, pero como soy de letras, y de las malas, no voy a dar más vueltas al asunto. En cualquier caso, siempre me gustó cómo jugaron en Farscape la carta del clon de John Crichton, exactamente igual a su gemelo, lo que provocó una bifurcación del bueno de John. (¿Hace falta que os avise de un spoiler de una serie que se canceló hace años? Qué dura es la vida) Claro que cuando uno de ellos (de los Johns, se entiende) la palmó y Aeryn quedó desolada resultó extraño que de repente tuviera otro de repuesto. En fin.
De los clones X-files style no me acuerdo demasiado, pero haberlos, haylos, por lo que espero ansiosa que los chicos de Fringe, siguiendo con las analogías que nos divierte encontrar entre una y otra, se los saquen de la manga con su peculiar estilo cientifipatillero al que nos están acostumbrando y que provoca en mí tantas carcajadas.
J.J., que te pierdes, que ya se te fue la olla en Alias con esos clones que iban y venían, pero que, oye, como trajeron de vuelta a Irina tampoco me molestaron demasiado, la verdad. Casi se podría decir que este hombre, J.J, digo, es el creador del concepto No estaba muerto que estaba de parranda. En el fondo es muy grande.
By the way, los cylons, son cylons, no clones.