Autor: Montsinya

Por fin, el sorteo (Mujeres de Manhattan version)

Si hasta ahora no lo sabíais, dentro de poco descubriréis que en esta casa ni tenemos vergüenza ni la hemos conocido, pero supongo que nos queréis igual porque forma parte de nuestro encanto y no os importa que hayamos tardado casi cuatro meses en sortear un par de ejemplares de Mujeres de Manhattan que amablemente nos regalaron los chicos de FOX el pasado septiembre. Así que ahí va otro vídeo con tele y papelitos para que os quede claro que, aunque somos chungas, no hacemos tongo y necesitamos poco más que una tele y un frapuccino para pasárnoslo teta. Ala

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The Martha Stewart Show memories

En los últimos días he estado a punto de llorar de la emoción un par de veces. La primera, cuando casi desayuno con Alec Baldwin. Vaaaaale, no exactamente con Alec Baldwin pero sí en el mismo garito. Lástima que estuviese cerrado y tanto él -más su amigüito- como nosotras tuviéramos que buscarnos otro lugar donde zamparnos las pancakes. No sé dónde acabaron ellos, pero siempre quedará en mi recuerdo ese momento de frustración compartida con Alec-Jack Donaghy. Menos mal que no estaba con Tina, porque de lo contrario habría tenido que empezar a creer en dios y ya estoy crecidita

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A photoshopear, bitches

Que el photoshop sirve para mucho más que para ventilarse arruguitas es algo que ya sabíamos, pero cuando la habilidad phoshopil se pone al servicio de la televisión, no me queda otra que agradecer a todos los dioses por la existencia del airbrush y rendirme al talento de los autores de las siguientes imágenes. Se trata de retoques con photoshop realizados por los participantes en diversos concursos que regularmente organiza www.worth1000.com. Ahí van las más mejores, desde mi chungo punto de vista, claro. The Others Autor: duendeverde Mi preferida, sin duda. Esta imagen se presentó al concurso “Pósters de reclutamiento”,

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Unos cuantos hechos no científicos sobre Fringe

Que quede claro que, aunque todos sabéis que mis lealtades son flexibles, sigo enfadada por la torpeza con la que los chicos de Fringe abordaron en su día el tema web. Dicho esto, y como lo que está de moda ahora es reconocer que sí, que Fringe decepciona pero que igualmente mola mogollón, pues ahí que voy, rápidamente, con una escueta apología del trío maravillas. Joshua Jackson – Peter Bishop Joshua Jackson está para hacerle quince favores, uno detrás de otro. Y punto. John Noble – Walter Bishop Soy incapaz de creerme una sola palabra de lo que dice Walter

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Prison Break, ¿y ya van cuatro?

Cuatro que van, cuando ni siquiera necesitábamos dos. Pero oye, que no me quejo. Aguanté las pájaras número 2 y número 3 estoicamente (como hice con Matrix, pero eso es otra historia), soporté con animosidad ver a Michael Scofield con ese horrible traje en la segunda y permanentemente sudado y sucio en la tercera, e incluso lloré la muerte de Sara. Y ahora tenemos una cuarta (en la cuarta los lances definitivos, que dirían en mi pueblo, qué cosas) y estos chicos se reinventan de nuevo de la forma más inverosímil que han encontrado (que se descuidan y tienen que

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A clonar, bitches!

Un clon es, a una serie, lo que un comodín al remigio. Cuando menos te lo esperas aparece por ahí cerrando algún agujerillo o, incluso, algún socavón, eso depende de la mucha o poca sutileza, imaginación o talento de los guionistas. El último clon con el que me he topado (ahí van spoilers de la cuarta de Stargate Atlantis, bitches): el doctor Carson Beckett. Animalillo, más de un año secuestrado y cuando por fin lo rescatan descubre, no solo que es un clon, sino que está próximo a palmarla porque sus órganos clonados funcionan peor que la crema de baba

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Dear Katie Holmes

Querida Katie, cuando te conocí te llamabas Joey y eras una jovencita verborreica enamorada de un rubiales con diarrea mental. El uno para el otro, sin duda. En un alarde de agilidad mental sin precedentes, vislumbraste que la cabeza del rubiales no iba a dejar de crecer nunca y, tras marear la perdiz un buen montón de capítulos, entregaste tu flor al malote-pero encantador-chico con problemas y mejor amigo del rubiales. Resultado: más diarrea mental para todos, que empeoró cuando tú y tus coleguitas os plantasteis en la universidad. Las bibliotecas pueden hacer mucho daño. En fin, me caías bien

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Somos la peste

Los humanos, me refiero, somos realmente la peste. Homo homini lupus, si nos ponemos clásicos, pero a mi me motiva más pensar que en realidad, lo que nos pasa, es que somos lo peor. Ya hemos comentado alguna vez cómo nos bastamos nosotros solitos para jodernos la vida, literalmente. Creamos a los Cylons y los frakkin cylons casi nos aniquilan. Bueno, claro, en realidad, nosotros, como décimo tercera tribu (ATENCIÓN SPOILER ÚLTIMA TEMPORADA, CERRAD LOS OJOS, NO RESPIRÉIS Y PASAD A LA SIGUIENTE LINEA) simplemente nos cargamos la tierra, ahí es nada. Aunque en realidad no parece tan grave, la

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Pues que también repongan OT1

En estos tiempos que corren, de niñas azules, carencia de carisma y exceso de garrulez, necesitamos con urgencia volver a nuestros referentes televisivos y vitales en general, que para el caso es lo mismo. Y es que antes de estos tiempos tenebrosos, antes de Risto, antes de la Batuka y mucho, mucho antes de que el chat se convirtiera en un espectáculo bochornoso, hubo una era en que Rosa de España era virgen, no sabía bailar y se inventaba un idioma nuevo cada vez que cantaba en inglés. Pero cómo cantaba, la jodía Eran aquellos tiempos en que hasta el

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La maldición de Babe Ruth

Y seguimos para bingo con otro post veraniego de escasa utilidad, pero como tengo la incordiante habilidad de recordar cosas inútiles y olvidar las realmente útiles, pues no me queda otra que, al menos, ayudaros a ganar alguna partidilla al trivial, o daros algunos datos para que os quedéis con vuestros amiguetes la próxima vez que elucubréis sobra la isla o sobre si John Locke en otra vida fue un Master del Universo. Hoy va de baseball, los Red Sox y Perdidos. Bien, de todos los deportes olímpicos que entiendo escasamente, el más paradójico es el baseball. ¿Por qué? Pues

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The telefrikiest thing

Hace unos días, MacGuffin lanzó un telememe (summer version) en el que, entre otros (por cierto, Star Wars, siempre Star Wars) se preguntaba cuál es el objeto más telefriki de tu colección de frikadas. Amigos, somos carne de telefrikadas. Estudios de consumo diversos podrían dar una explicación más, digamos, científica, pero la realidad, en esencia, es que: conexión a internet + tarjeta de crédito + amor desenfrenado, inconmensurable e infinito por la televisión = acumulación de frikadas televisivas. No tenemos remedio, y en esta casa los dioses saben que nuestras tarjetas de crédito son, para nosotras, lo que un lacito

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Where everybody knows your name

Tengo que confesar que solo inicié la serie Esas musiquillas (60s version y 70s version) para llegar a la gloriosa aunque en ocasiones sobrerecordada década de los 80, y digo sobrerecordada porque ya cansa un poquito que la mitad de los anuncios que nos cuelan últimamente jueguen la baza de la nostalgia ochentera. Que sí, que el «ni consola ni consolo» hace gracia la primera vez, pero ya. El tema es que los 80 fueron tan prolíficos en todos los sentidos, que ponerme ahora a listar todas las musiquillas que me llegaron al corazón se haría más largo que un

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